La felicidad es un estado de nuestra mente y no hace falta buscarla, solo ser conscientes de que está con nosotros. Todos tenemos claro de dónde venimos y sabemos cuál es nuestro final, pero ignoramos qué es lo que viene ahora. Nos lo preguntamos a menudo ¿Y ahora qué? Acabamos el colegio y comenzamos la secundaria, después decidimos estudiar o formarnos para encontrar un trabajo, conocemos a nuestra pareja, nos casamos, tenemos hijos, trabajamos, hasta que llega un día en el que nos preguntamos ¿Y ahora qué? Hemos ido haciendo lo que tocaba pero en ningún momento hemos tenido el control de nuestra vida y cuando no hay nada más que hacer nos encontramos perdidos. Es por esto que todos necesitamos nuestro sueño, una meta que alcanzar, un motivo por el que vivir.
Hemos crecido formándonos hábitos que nos hicieran sentir que la vida tiene sentido, en su mayoría han sido malos hábitos que consiguen hacernos la vida más llevadera. El pensar que la vida no es algo maravilloso ya es, en sí, un mal hábito o una creencia desafortunada. Es por esto que necesitamos ser conscientes de que debemos cambiar lo que nos perjudica. Levantarse de mal humor por la mañana es algo habitual, un mal hábito que podemos cambiar con sólo dibujar una sonrisa y dando gracias por poder vivir otro día único en la vida, esto nos ayudará a ver ese día desde un punto de vista distinto. Relacionar el trabajo como algo esclavizante, no nos ayuda a tener una disposición positiva, trabajar es tener una oportunidad diaria de vivir experiencias y relacionarnos. Son hábitos que podemos cambiar aunque para hacerlo se necesita paciencia, voluntad y perseverancia, aunque lo que más falta nos hace para conseguir cambiar nuestros malos hábitos es ilusión y un sueño que cumplir. Vivir en un estado de felicidad es un buen objetivo que podemos ir consiguiendo día a día y que nos puede conducir a conseguir otras metas.
Nuestra actitud es la que da sentido a la vida y en nuestras manos está cambiar todas esas creencias dañinas sobre la misma que nos impiden darnos cuenta que vivir, sonreir y ser positivo son los únicos hábitos que realmente aportan felicidad.
J.M.G.G.
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