La felicidad es algo que tratamos de conseguir porque es lo que nos han dicho que debemos hacer si queremos dar sentido a la vida. La hemos convertido en nuestro propósito, en el motivo nuestros actos, en la meta a la que debemos llegar para que vivir signifique algo. Esto, visto conceptualmente, nos puede servir como motivación para afrontar nuestros asuntos cotidianos pero alcanzar la felicidad nunca será posible si la buscamos fuera de nosotros mismos.
Pensareis que lo
que quiero dar a entendar es el típico mensaje de que el dinero o lo
material no da la felicidad, y realmente es eso lo que quiero decir
pero quiero ir más allá. Ser feliz no se consigue con dinero pero
tampoco con salud, ni con amor, ni tan siquiera con todo junto.
El deseado
objetivo que da sentido a nuestra vida está mucho más cerca que
todo lo anterior, tan cerca que lo tenemos dentro. Por lo tanto, a la
pregunta ¿donde podemos encontrar la felicidad? La respuesta es que
no hay una respuesta concreta sino tantas como personas existen en el
mundo. Cada uno de nosotros lleva su propia respuesta en su
existencia particular.
Pero nunca algo
tan cercano fue tan difícil de ver y tan complicado de conseguir.
Ser plenamente feliz significa armarse de valor y de conciencia, es
un auténtico atrevimiento y casi una osadía si lo vemos desde el
punto de vista de la inconsciencia con la que vivimos.
Queremos
encontrar la felicidad en las pertenencias, los logros o las
personas, es decir, en aquello que es tangible, lo que vemos, pero
también en lo que sentimos e incluso en lo que suponemos o lo que
pensamos. Pero, en el fondo, sabemos que para ser felices es
necesario tomar decisiones y esas decisiones acarrean consecuencias.
Cuando nace un
niño, los padres ven en esa criatura un motivo de felicidad. La
sensación es de alegría, viven momentos de ternura, el primer día
de colegio les hace sentir orgullosos, se puede decir que se sienten
felices. Pero, de la misma manera, el niño se pone enfermo, se cae
de la bicicleta, de adolescente comienza a salir con amigos,
estudios, trabajo, en definitiva: preocupaciones. Si unimos todo y lo
analizamos globalmente ¿De verdad el nacimiento de ese niño es un
motivo de felicidad? Lo que realmente les hará felices es asumir que
ese niño ahora es parte de sus vidas y aceptar conscientemente que
ese bebe es parte de la existencia de cada uno de ellos
independientemente de los buenos o malos momentos, ya que estos
tambien forman parte de la su existencia.
Tenemos asumida
la idea de que la felicidad es una sensación, pero alguien realmente
feliz no necesita saber ni sentir que lo es. Para ser feliz solamente
es necesario vivir, solo eso. La conciencia de vivir es la felicidad
en si misma.
Abrir la puerta a
tu vida, a tu forma de ser, a tus pensamientos, a lo que opinan de
ti, etc. Dejar de preocuparte es la verdadera felicidad.
Estar vivo y
aceptarlo conscientemente es la esencia para se feliz. Tu existencia
eres tu mismo. todo lo que tienes y de lo que te rodea es parte de
ti. Tu pasado, tu futuro y sobre todo tu presente tal y como es, sin
luchar por cambiarlo. Es imposible cambiar la realidad pero
aceptarla… eso si es posible y es la felicidad en sí misma.
No se trata de
pensar que eres feliz sino vivir en la felicidad. Pensar en ser feliz
es permanecer constantemente en la busqueda de algo que no se puede
encontrar fuera.
Vivimos buscando
algo que no hace falta buscar. Anhelamos que la felicidad sea parte
de nuestra vida cuando nuestra vida, en si misma, es la felicidad. Si
asimilamos esto, se acabó la ansiada búsqueda.
J.M.G.G.