Hablar, expresarnos, transmitir mensajes entre las personas, es decir, la comunicación, es una característica propia del ser humano y la tenemos tan asumida, tan normalizada, que no le damos la importancia que realmente tiene.
Concretando, el
lenguaje oral es posiblemente la más íntima y cercana manera de comunicación, por lo tanto, consecuentemente, la más poderosa a la hora de transmitir creencias,
declaraciones o quejas. Estos tipos de expresiones condicionan muchísimo
nuestra vida y lo hacen sin que seamos conscientes de ello. Hoy voy a centrarme
en las declaraciones, expresiones muy poderosas que marcan nuestra vida.
Si piensas en lo
que eres hoy, lo que has conseguido o lo que has vivido hasta llegar a este
instante en el que te encuentras ahora mismo, te darás cuenta de que has ido construyendo
tu camino mediante declaraciones hechas en momentos clave. Un simple sí o un no
han sido suficiente para que tu vida tomara un rumbo determinado. Continuamente
declaramos lo que queremos y lo que no queremos ser, decidimos acerca de nuestra vida y lo hacemos mediante la palabra. Es algo realmente
poderoso. Decidir sí o no puede generar realidades totalmente distintas.
Cuando alguien se
casa declara que sí quiere compartir la vida con la otra persona. Esa realidad
es totalmente opuesta si la decisión es negativa y dice que no. Al declarar que sí,
ha marcado un antes y un después, además de haber adquirido un compromiso,
necesario para hacer válida esa declaración que, solamente quedará sin efecto
cuando otra declaración la anule, cuando decida que quiere romper el compromiso. Esto lo hará mediante otra
declaración que volverá a marcar la vida de esa persona.
Ser consciente del
poder de las declaraciones en tu vida es muy
importante. Si algo te está haciendo daño o sientes la necesidad de cambiar tu
vida, es posible que necesites decir basta, declarar que quieres tomar un nuevo
rumbo. Esa declaración, como en el caso de la boda del ejemplo, solo es válida
si hay un compromiso y solo es anulada si decides romperlo. Son palabras que cuando salen de la boca tienen un inmenso poder.
Como puedes ver
nadie llega a ser lo que es por el azar, por la suerte o por terceras personas.
Solo uno mismo es responsable de su vida y lo es mediante las declaraciones y
decisiones que va tomando. Es de suma importancia tener esto claro y dejar de buscar culpables de lo que nos sucede fuera de nosotros. Aceptar y asumir que tu mismo llevas las riendas de tu vida te dará libertad para declarar lo que quieres para tí sin necesidad de que otra persona lo haga en tu lugar. Nadie tiene derecho a decidir en tu vida, solo tu. No has de pensar en la opinión de nadie porque nadie sufrirá ni disfrutará lo que tu declares que quieres para tí.
Estudiaste una determinada carrera porque te
dijiste que sí querías estudiarla, te casaste porque dijiste que sí lo querías
hacer, tuviste hijos porque decidiste relacionarte con la madre o el padre de estos mediante un sí, el
puesto de trabajo que tienes fue una elección tuya cuando firmaste un si en el contrato, llevas toda la vida
decidiendo, declarando lo que quieres para ti. Lo más importante de todo esto es lo
maravilloso que es ser consciente de que es así y ver las inmensas alternativas y
posibilidades que se nos presentan delante de nosotros cuando sabemos que somos dueños de nuestro destino. Solo debes decir lo que quieres, declararlo
y validarlo mediante el compromiso y el poder que te da tu palabra, sabiendo que puedes cambiar esa decisión
libremente.
Si o no, quiero o
no quiero, izquierda o derecha, declara lo que quieres en tu vida.
J.M.G.G.