¿Te imaginas a un perro contando una historia a sí mismo? Algo absurdo. ¿Y a ese mismo animal creyéndose sus historias? Aún más absurdo ¿Verdad?
Ahora piensa en ti mismo ¿Te cuentas historias a ti mismo y te las crees? Seguro que si porque el hombre es el único ser que lo hace. Estas historias que nos auto-narramos y que vivimos como ciertas están condicionadas por el pasado, por la situación que estamos viviendo o por la cultura a la que pertenece cada uno de nosotros, entre otros muchos factores.
Una misma realidad puede ser interpretada de tantas maneras como personas la están viviendo. Cada una de esas personas crea su propia historia acerca de lo que siente y cree que esa interpretación es la correcta sin darse cuenta de que cualquier otro puede tener una visión totalmente distinta.
Las historias que creamos y creemos son las que construyen los modelos mentales que no son más que representaciones de lo que nos rodea aunque lo que nos rodee no sea como creemos. Se suele decir que el mapa no es el territorio sino una representación del mismo. Pues bien, los hombres somos como un GPS, tenemos nuestros propios mapas en la cabeza, seguimos las indicaciones que nos va dando la mente y actuamos conforme a esas indicaciones con el fin de no perdernos.
Cada uno de nosotros tiene un propio modelo del mundo y ve la realidad con sus propios ojos. Como dije antes, hay tantos mundos como personas vivimos en él, aunque, en realidad, el mundo es el mismo para todos.
Es por esto que hay controversias, debates u opiniones distintos a cerca de un mismo asunto. Incluso dos personas con una misma ideología pueden tener divergencias a la hora de interpretar un mismo tema, lo que me lleva a pensar que es absurdo clasificar a las personas por sus ideales ya que estos siempre diferirán en algún aspecto. Pensemos en la cantidad de conflictos internos que suelen producirse en grupos de una misma supuesta ideología como pueden ser partidos políticos, asociaciones o comunidades.
Al entender esto y aceptarlo, te darás cuenta de que las discusiones o los conflictos no son reales. Un problema no existe, sino que lo percibimos desde un punto de vista diferente y defendemos esa percepción porque nos creemos nuestra propia historia.
Cuando debemos enfrentarnos a un cambio o a comenzar algo nuevo también tenemos nuestra propia visión de ese cambio, afrontándolo en consonancia a esa interpretación. Lo podemos ver como una oportunidad o como algo doloroso, todo depende de la historia que forme la mente y de las indicaciones que nos marque el mapa de nuestro GPS mental. Así, esas indicaciones, harán que, ante un cambio, podamos aprender y crecer o, por el contrario, bloquearnos y vivirlo amargamente.
Es inevitable interpretar la realidad pero lo que si podemos conseguir es hacernos conscientes del amplio abanico de posibilidades que tenemos para afrontar cualquier asunto. Cuando sabemos esto, dejamos de tener límites y nuestra visión del mundo elimina las barreras que imponen nuestras creencias.
Como se suele decir, las cosas no son blancas o negras, también pueden ser grises, pero además pueden ser moradas, verdes, rojas, amarillas, etc. Lo que creemos es solo eso, lo que creemos, la realidad no solo es como la ves y ser consciente de ello te hará crecer, tolerar, que te toleren y vivir en paz.
J.M.G.G.
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