"Cada cambio es una pequeña muerte enfrentada, una batalla ganada al miedo
y un nuevo paso hacia nuestro verdadero
Autodescubrimiento."
(Rafael Vídac)
Los cambios pueden ser traumáticos cuando nos enfrentamos a situaciones nuevas que no estaban previstas. De hecho, solemos retrasar la decisión de cambiar por miedo a lo desconocido, a lo que vendrá o incluso a lo que los demás puedan pensar de nosotros. Como se suele decir, permanecemos dentro de nuestra zona de confort. Es ahí donde nada nos sorprende y nos sentimos seguros. Pero hay zonas de confort que no son nada confortables. A pesar de ello, nos cuesta tomar la decisión de abandonar ese lugar y emprender un camino distinto. Preferimos conocer y soportar nuestro malestar a darnos la oportunidad de mejorar.
Es como si tuvieras que escapar de una jaula con leones a través de un puente que te lleva a un lugar donde nunca has estado, pero en el que, con toda probabilidad, vivirás más tranquilo, como habías soñado siempre. Nadie te puede asegurar que al otro lado todo sea maravilloso. Es imposible saberlo si no cruzas. Lo único que sabes es que si te quedas dentro de la jaula, tendrás que vivir luchando contra las fieras, renunciando a averiguar cómo es aquel lugar al otro lado del puente, así que debes decidir.
Y es que la incertidumbre asusta, es algo natural y no pasa nada por sentir ansiedad ante un cambio. Lo realmente importante es ser conscientes de que eres dueño de tu vida y que tus decisiones son las que escriben tu historia. Si lo que estás viviendo no te llena, te hace daño o simplemente no es lo que quieres para ti, tienes la opción de cambiarlo sin más explicaciones que las que te debes dar a ti mismo. Muchos pueden pensar que es una actitud egoísta, en mi opinión, es una actitud de libertad personal. Nadie que realmente te ame se opondrá a que seas feliz y si lo hace el egoísta es esa persona y no tú.
Al principio todo será nuevo y las novedades te harán caminar prevenido e inseguro. Te costará dejar personas, cosas y sensaciones que eran cotidianas. Sentirás alivio en algunos casos y, en otros deberás distanciarte de personas que amas o situaciones que son agradables. Esto te hará más complicada la decisión. Por eso es fundamental ser conscientes de lo que queremos y ser firmes en nuestro propósito de ser lo que queremos ser, contando con las personas que amamos, pero sin dejar de pensar en uno mismo.
Detrás de un cambio, al otro lado del puente, puede estar tu sueño, si sales de la jaula y dejas de luchar contra los leones que te está haciendo daño, puedes encontrar un lugar mejor o, ¿por qué no? tu lugar, tu sitio, lo que te mereces. Se dueño de tu vida, se consciente, pregúntate qué es lo que quieres para ti y dirígete a tu objetivo con paso firme y seguro.
Quiérete. Nada ni nadie debe juzgar si tu decisión es buena o mala, solo tú. Si debes cambiar algo cámbialo sin miedo a lo desconocido porque tus sueños no son extraños para ti y, si ellos son tu destino, tu meta, no tienes nada que temer. Lo desconocido, entonces, ya no existe.
J.M.G.G.
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