Somos lo que somos hoy gracias a lo que hemos sido ayer, el resultado de lo que llevamos vivido hasta hoy y eso es muy importante. Debemos estar agradecidos por todo lo que nos ha traído hasta aquí, pero ¿Que pasa a partir de ahora?
Continuamente nos
estamos preguntando que será de nosotros en el futuro. Si lo que
dije al principio es cierto y somos conscientes de ello, desaparece
la duda. Me explico:
Si hoy somos lo
que somos gracias a nuestra propia historia, por lógica mañana
seremos lo que estamos siendo hoy. Ahora mismo es nuestro pasado de
mañana, nuestra futura historia.
Todo lo que
hagamos hoy dará forma a nuestro futuro. De nosotros depende hacer
lo que queremos, lograr lo que deseamos, ser como queremos ser.
Siendo
conscientes de que estamos escribiendo nuestra propia historia no
dejamos nada al azar, no esperamos que las cosas salgan como tengan
que salir sino que podemos hacer que sean como queremos.
Los humanos
tenemos la capacidad de razonar pero nuestra mente “va por libre”,
es como si fuera un ser que, unido a nuestro cuerpo, tuviera vida
propia, pero no es así. Si dejamos a la mente en libertad, esta no
se quedará parada. Si te das cuenta, cuando no tenemos la mente
ocupada esta comienza a buscar algo que hacer por su cuenta y esa
ocupación la encuentra en los recuerdos, en el sufrimiento, las
quejas, las críticas o los reproches. Pero también busca en el
futuro, haciendo castillos en el aire, esperando que llegue ese
momento que nos hará felices. Ese momento llega pero cuando lo hace
no sentimos aquella felicidad que esperábamos porque estamos
esperando que llegue otra cosa que, pensamos, que si que nos
aportará la felicidad que anhelamos.
Imagina que vas a
dar un paseo a caballo. Quieres visitar un lago precioso al que se
llega por una ruta más o menos complicada. Si te subes al caballo y
no diriges al animal, si te quedas quieto encima de la silla de
montar, pueden pasar dos cosas: que el animal se quede inmóvil sin
saber hacia donde encaminarse o bien, que comience a caminar sin
rumbo fijo.
Tu sabes
perfectamente que quieres llegar al lago y se lo dices al oído al
caballo, si este comienza a trotar y te lleva hasta allí, sería un
auténtico milagro. Seguramente, el caballo se dirija a donde a el le
apetezca, tu le dirás mil veces que no quieres ir allí, que no te
gusta lo que está haciendo o que ese lugar donde te lleva es
horroroso, con la esperanza de que el caballo te entienda y te haga
caso.
Para que el
caballo te lleve hasta el lago tendrás que agarrar las riendas y
conducirle hasta donde quieres que te lleve.
Cuando quieres
llegar a cumplir tu sueño, lo que deseas o tu objetivo, debes saber
el camino y dirigir tu mente hacia donde quieres llegar. El jinete,
que eres tú, debe encaminar a su caballo, que es tu mente, hacia el
lago, tu meta. Tu cerebro irá donde tu quieres que vaya, se pondrá
en marcha por el sendero que elijas y al ritmo que decidas.
Si dejamos que la
mente actúe por su cuenta, dejará de ser un vehículo que nos
transporte a donde queremos llegar, un caballo sin jinete.
El futuro que
queremos lo podemos conseguir con la herramienta más poderosa de la
que disponemos, nuestra mente.
Nuestra historia
es digna de elogiar porque nos ha convertido en lo que somos, pero
hay un precioso lago en el futuro al que podemos llegar en un caballo
fuerte y noble que nos llevará a él por la ruta que elijamos.
Si sabes donde
quieres llegar mañana, camina hacia allí hoy.
J.M.G.G.
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