Desde niños nos
programan para adquirir conocimientos que nos ayuden en la vida.
Crecemos llenándonos de esos conocimientos que nos enseñan en la
escuela o nuestros padres. Son conocimientos académicos que nos
sirven para un futuro. Saber como defendernos en una vida que nos han
pintado a modo de una competición en la que no puedes permitir que
te pasen por delante. Nuestra cabeza se llena de conocimientos pero
nuestro ser está totalmente vacío porque no nos han enseñado a
conocernos a nosotros mismos, a identificar lo que sentimos y solo
creemos en lo material, lo que podemos tocar y ver.
Cuando
descubrimos la parte más intima de nosotros, empezamos a darnos
cuenta de quienes somos y que queremos ser. Ante nosotros se destapa
el inmenso poder que tienen los pensamientos. Cuando nuestro concepto
de la vida es el de una carrera en la que tienes que llegar en un
buen puesto, lo que estamos consiguiendo es convivir con actitudes
que nacen de creencias, juicios y opiniones, intoxicando la
percepción que tenemos de nosotros mismos. Permanecemos sometidos a
la ignorancia de quienes somos y perdiendo la libertad que nos
proporciona la consciencia de ser auténtico.
Debemos comenzar
a tomar consciencia de que nuestra forma de pensar puede hacer
posible que tengamos la vida que deseamos. Una vida limpia de
sentimientos de culpa derivados de lo que creemos o de lo que opinen
otras personas. Somos los creadores de nuestro propio camino cuando
somos conscientes de que es así.
Cuando te
conviertes en quien eres de verdad no hace falta que te esfuerces en
ser perfecto, ya eres perfecto tal como eres porque eres el original,
no eres perfecto si eres como piensan otros, solo si eres como
piensas tu desde el conocimiento más profundo de ti mismo. La
perfección es solo eso, ser tu mismo con tus virtudes y tus
defectos. Nada más que eso, no hay que hacer ecuaciones complejas ni
fingir ser algo que no eres, eso sería una imagen distorsionada, una
mala copia, un fraude en el que tú eres el más perjudicado.
No busques
respuestas sobre que debes ser en la vida porque la única pregunta
que debes hacerte es ¿Quién soy yo? Encontrar la respuesta es
descubrir la razón de tu existencia, reconocer que no hace falta
parecer nada ni ser como nadie. Los sellos, las monedas, los cuadros
y esculturas más valiosas son los originales, incluidas sus
imperfecciones que son las que les dan valor. Cuando estas son
pulidas para buscar la perfección, el original desaparece
convirtiéndose en algo que otros han decidido cambiar guiándose por
su propia opinión de la perfección.
El libro “La
Enseñanza del Buda” dice que “Aunque un hombre conquiste a miles
de hombres en los campos de batalla, sólo aquel que se conquiste a
si mismo ganará su batalla.”
Una de las
grandes preguntas de la Humanidad es cual es nuestro destino a
cumplir en la vida, en mi opinión, la misión principal que tenemos
es descubrir, conocer y compartir lo que somos cada uno de nosotros y
alcanzar la libertad que nos proporciona alcanzar ese destino
aprendiendo a ser perfectos tal y como somos.
J.M.G.G.
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