Si pensamos en el encuentro más íntimo que pueden mantener dos personas, muchos pensarán que este se produce cuando estas hacen el amor o realizan el acto sexual. No hay duda de que ese momento tiene grandes dosis de intimidad pero, a mi entender, existe un acto de intimidad mucho más intenso que el sexual y este se produce cuando dos personas se desnudan emocionalmente.
Conocemos a muchas personas y mantenemos encuentros en los que se conversa, se hacen bromas, se intercambian impresiones, etc. Pero el desnudo emocional tiene lugar a un nivel más alto que el mero conocimiento de una persona. Se trata de quitarse las vestiduras del miedo para conocer a la otra persona en todos y cada uno de sus aspectos. Es abrirse a nuestro interlocutor o compañero con el alma, sin esconder ni un solo detalle de lo que somos y de cómo nos sentimos. Es mucho más que entregar el cuerpo a otra persona, es entregar todo lo que sientes, lo que piensas y lo que eres, dejando a la vista todo lo que llevas en tu interior.
Dejar las emociones a la vista no se consigue con cualquier persona ni se realiza a la primera. Se necesita tiempo y confiar en la persona a la que vamos a mostrarnos.
Este acto tan íntimo se realiza entre dos personas y las dos deben tener la capacidad de escuchar, sentir y recibir las emociones propias y del otro. Es un intercambio lleno de amor donde se deja en libertad todo lo que somos.
Para desnudar nuestro cuerpo, primero debemos saber la ropa que llevamos puesta para, así, decidir que prendas nos vamos quitando en cada momento. De la misma manera, al desnudar nuestras emociones, necesitamos conocernos y saber que sentimos, identificarnos con lo que estamos experimentando en nuestro interior. Cuando sabemos lo que pensamos y lo que sentimos podemos decidir por dónde comenzamos a desnudar nuestras emociones más íntimas. Debemos conocer nuestra historia e identificar los capítulos de los que provienen los miedos, los conflictos , las inseguridades, etc. Cuando sabemos las emociones que nos visten el alma podemos comenzar a desnudarlas ante la otra persona con toda la consciencia y confianza.
Nuestro pasado ha formado las emociones que vivimos en el presente, es por eso que al mantener este encuentro de tanta intimidad, hemos de exponer los recuerdos y los sentimientos que estos nos producen aunque sean desagradables y nos cueste revivirlos. Vuelvo a subrayar la importancia de la confianza y la seguridad con aquella persona con la que mantenemos este acto y, por supuesto, recibir reciprocidad y que sea un momento en el que las dos personas se desnuden mutuamente.
Hay personas que tienen un pasado tan difícil que resulta muy complicado desnudarlas emocionalmente. Es, en cierto modo, hacer que vuelvan a sentir el dolor de las heridas que les produjo aquellos momentos. Se necesita paciencia y mucho amor para: debilitar las corazas que usan como protección al dolor, la falta de ilusión, el temor a ser rechazado, a quedarse solo. Como he dicho, el amor es fundamental, pero igual de importante es olvidar los prejuicios y no juzgar nada de lo que nos confía esa persona. Solo podemos ayudar escuchando con todo nuestros sentidos sin hacer valoraciones propias.
La empatía, la escucha y un equilibrio emocional adecuado, son aspectos necesarios para que una persona se sienta cómoda al desnudarse ante nosotros y para ser capaces responder idóneamente a ese gran acto de amor e intimidad que estamos llevando a cabo. Debemos administrar grandes dosis de comunicación, comprensión, y, sobre todo, respeto y tolerancia hacia la persona que está confiando en nosotros.
No existe instante de más intimidad que aquel en el que una persona deja ver todas sus vergüenzas, miedos, momentos realmente difíciles, sentimientos de culpa, etc. todo aquello que le puede generar dolor y que guarda dentro de sí. Su verdad al desnudo.
Quien realiza este acto de confianza, lleva a cabo una demostración de entrega sin igual hacia nosotros digna de agradecer con todo nuestro amor y comprensión.
El encuentro más íntimo es entregarse en cuerpo pero, sobre todo, en alma.
J.M.G.G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario