¿Es posible que las personas cambien? Alguna vez habrás dicho aquello de “no cambiarás nunca” o pensarás de ti mismo que te gustaría ser o actuar de manera distinta pero que eres como eres y no es posible cambiar esa forma de ser.
Obviamente las personas somos como somos y nuestro carácter es el que es, pero esto no quiere decir que no podamos cambiar ya que, cuando se produce el cambio, lo que se modifica no es lo que somos sino las creencias que hemos ido generando durante la vida, es decir, las ideas, formas de pensar o la interpretación de las cosas. Cuando transformamos estos aspectos en nuestra mente la percepción de la vida cambia y, con ella, nuestra actitud. Por lo tanto, el cambio si es posible.
El ser humano es un cuerpo físico y emocional que piensa por si mismo de forma individual y ese pensamiento lo marcan las creencias.
Como humanos, tenemos la particularidad de asumir las creencias de tal manera que las aceptamos como verdades y las convertimos en leyes que debemos cumplir. Cuando algo no es como crees es como si estuviera fuera de la ley. Estas creencias te limitan y no te dejan contemplar otras posibles alternativas. En realidad son leyes ficticias que cumples porque es lo que has aprendido, pero nadie te impone esas leyes más que tu mismo, es decir, te estás auto-limitando. Tener esto claro, reconocer y abolir las leyes limitadoras que has venido aceptando inconscientemente, es clave para llevar a cabo el cambio que buscas.
Naciste rodeado de multitud de aspectos que han ido formando tu sistema de creencias. Entornos como la familia, el colegio, los medios de comunicación o la cultura, han marcando lo que, hoy has adoptado como normas a seguir. Afirmaciones dichas con buena intención pero que han dejado mensajes subliminales del tipo “si no lo hago no me querrán” o “si hago tal cosa pensarán mal de mí”.
Pero las creencias no solo las heredamos de lo que nos han enseñado, también hemos ido adquiriéndolas con las experiencias vividas durante la vida. Muchas de estas creencias que hemos transformado en normas, pueden verse como algo absurdo por otras personas que no han vivido experiencias similares.
Pongamos el ejemplo de alguien que después de haber comido muchos dulces le ha dolido la cabeza. Le dolió tanto que no quiere volver a sentir ese dolor y por eso ha generado la creencia de que cuando come algo dulce la dolerá la cabeza. Ahora está limitado y no come dulces por una creencia nacida de una mala experiencia.
Otro ejemplo de creencias son aquellas que nos producen tranquilidad o lo que se llama efecto placebo. Alguien que con una enfermedad que ningún médico pudo diagnosticar, acude a un médico privado que da con su dolencia y logra recuperar la salud. A partir de ese momento, su experiencia le hace creer que, si se enferma y no va a un médico privado, no se curará.
Todas las creencias son fruto de nuestra mente, las creamos nosotros mismos y somos nosotros los que podemos cambiarlas si sentimos que están limitando nuestra vida.
Intenta algo tan sencillo como permitirte dudar de lo que crees para abrirte a nuevas posibilidades. Imagina que podrías hacer y como te podrías sentir si eso que crees no fuese tal y como piensas. Se tú el que marca tus propias normas y se tu el que las modifique en tu beneficio. Aprende de las malas experiencias para que estas no se repitan pero nunca dejes que te limiten a la hora de hacer lo que deseas.
Tú eres el único que da poder a lo que crees. Tú eres el único que puede cambiar tus creencias. Tú si puedes cambiar.
J.M.G.G.
jajaja, bravo!
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