Cada uno de nosotros tenemos el apoyo de una persona que estará a nuestro lado siempre, pase lo que pase nunca nos abandonará y es la persona ideal para superar cualquier problema que se nos presente en el transcurso de la vida. Es la persona que mejor nos conoce y siempre sabe lo que necesitamos. Cuando estamos tristes es la que más sufre y cuando somos felices se alegra más que nadie. Esa persona no es otra que nosotros mismos.
A pesar de todo lo anterior, somos tan inconscientes de lo importante que somos y de lo que significamos para nosotros mismos que, en lugar de amarnos y cuidarnos como nos merecemos, sentimos lástima y nos compadecemos de lo que somos. Esta actitud hacia nuestra propia persona solo consigue destruir la confianza en nosotros mismos. Un trato tan injusto como ilógico. Un castigo irracional que nos autopropinamos.
Al sentir lástima, lo que conseguimos es que nuestra mente acabe convenciéndose de que realmente nuestra vida es penosa, por lo que nuestra actitud irá acorde con este pensamiento que se consolida en nuestra cabeza.
Analizamos constantemente nuestras cualidades con el fin de confirmar que no son las idóneas para afrontar lo que nos depara la vida. Nos convencemos de que somos impotentes a la hora de realizar algún reto o superar algún obstáculo, y esto, nos supone sentir aun más lástima hacia nosotros mismos.
Cuando no paramos de autocompadecernos, vivimos con la seguridad de que la vida solo nos concede cosas horribles y por eso nos da tanto miedo emprender algo nuevo. Nos creemos inútiles, no nos arriesgamos a nada porque tenemos asumido, de antemano, que todo nos saldrá mal. Pero esta actitud, este miedo, todo esto que nos hace sentir pena por nosotros mismos, no es más que un producto de nuestra imaginación. Estamos convencidos y damos por hecho que nada nos va a salir bien, pero nadie puede saber que va a pasar antes de tiempo.
Podemos hacer que estas ideas, tan enraizadas en nuestro pensamiento, puedan dejar de limitar nuestra existencia. El remedio se llama equilibrio mental y está al alcance de todos. Solo se necesita amor propio, conciencia , alegría y esperanza. Nada que no esté al alcance de cualquiera de nosotros.
Para conseguir cambiar la creencia que tenemos de nosotros mismos, podemos comenzar por algo muy fácil pero que nos cuesta hacer si no tenemos un motivo. Podemos sonreir, en cualquier circunstancia. Parece mentira, pero un gesto tan sencillo como subir las comisuras de los labios, sea cual sea el estado de ánimo que estemos sintiendo, puede hacer que cambie enormemente nuestra actitud en un momento dado. No cuesta nada probar y los resultados son sorprendentes.
La manifestación fisiológica de la alegría es la risa, como el llanto lo es de la tristeza. La suerte que tenemos es que para llorar es necesario estar triste pero para reir no necesitamos sentirnos alegres. Tan solo hay que sonreir, solo eso. Podemos usar la sonrisa como el vehículo que nos lleve a estar más animados. Aprovechemos la sonrisa para encontrar paz.
Siempre nos han dicho que la vida está llena de dolor y sufrimiento. Hemos crecido aprendiendo a soportar estas cualidades y convenciéndonos de que son normales, que no es posible evitarlas. Si en lugar de ha sufrir, nos hubieran enseñado que lo normal es ser feliz, hubiéramos aprendido a dar de lado todo lo que nos aporta dolor, porque a los humanos nos gusta vivir de la manera más normal posible.
Creo que es muy importante enseñar a los niños que la vida está llena de alegría y que su camino está lleno felicidad. Si crecen con un pensamiento lleno de felicidad, su conducta y actitudes serán de esa índole. La tristeza consume nuestra energía, al contrario que la alegría que lo que hace es llenarnos de ella. Nos enfermamos cuando nuestro cuerpo se encuentra bajo de energía, por lo tanto, si estamos alegres también seremos más sanos.
Confía en ti mismo, llénate de energía y piensa que has venido a este mundo a ser feliz y que lo normal es vivir alegre. Cuando la tristeza llegue, piensa que algo no va bien y ponle remedio con el antídoto más eficaz, una sonrisa.
Como dije al principio, existe una persona que sufre como tu y se alegra cuando tu lo haces. Se justo con ella y cuídala. Intenta que su vida sea lo más feliz posible.
J.M.G.G.
Es un placer inmenso invitarte junto con toda la familia a un de nuestros encuentros, para gente, así tan normal, porque creo que estamos en la misma sintonía Los Encuentros de Amor y Vida son un ciclo de eventos cuya meta es disfrutar de la vida, de los amigos y de nosotros mismos compartiendo unos momentos o un fin de semana con una mirada más profunda de lo usual en esta sociedad. Unos momentos donde cada uno pueda permitirse ser él mismo, abrir su corazón, dejarlo cerrado, observar, hablar, reír, llorar, simplemente estar o lo que le plazca. Para ello, nos juntamos gente de diversas provincias, países, edades, estatus socioeconómico, religiones y caminos espirituales durante todo un fin de semana (o parte de él, según posibilidades de cada cual)
ResponderEliminarSon encuentros enfocados como un refrigerio, un aliento, un impulso en nuestro caminar diario que nos animan a vivir nuestro día a día con más templanza, estabilidad, ilusión, energía y consciencia.
El respeto a otros seres y a los demás junto con la alegría, la armonía y el vivir con consciencia son nuestro estandarte. Estos encuentros son la fiesta de la vida....en los Encuentros de Amor y Vida encontrarás algo muy básico de una forma muy sencilla, buenos alimentos y buenos pensamientos, dentro de un marco de actividades lúdicas que en esta ocasión tiene como foco un taller de cocina impartido por pequeños Chefs artistas "El Jardín del Falafel Vegano” (y todo aquel que lo desee puede serlo aquí) siempre con armonía, simpatía, risas y ambiente festivo. ¡Para toda la familia! ¿Quién se apunta? ¡Os esperamos! <3 http://www.nuriaaragoncastro.com/evento/decimoctavo-encuentro-de-amor-y-vida
Y ya no te doy más la lata que vas a terminar pensando que soy una psicópata. jajajaja, simplemente me dejo guiar...Salud amigos!! Buenas noches...
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