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jueves, 12 de noviembre de 2015
BATALLAS SIN SANGRE
¿Cómo se puede luchar contra la mentira que te hace daño? ¿De qué manera se combate la sin razón? Alguién que no ve más allá de lo que quiere ver, su propia realidad, que difiere de la verdadera, puede llegar a hacer mucho mal a los que les rodea, más aún cuando esos mismos acaban viendo esa misma "realidad irreal" convirtiéndose en víctimas de algo que no existe.
Es muy duro luchar contra las fuerzas de la venganza o el resentimiento, con su ejército de rencores que dispara ciegamente y a discreción munición de mentiras y actos irracionales cargados de odio, desprendiendo metralla de acusaciones que penetran en nosotros hiriendonos, muchas veces de gravedad y con secuelas que quedarán para siempre.
Estas personas suelen usar a seres queridos por nosotros para mermar nuestras defensas y así lograr que sus ataques sean más efectivos y conseguir su objetivo de vernos hundidos, vencidos. Personalmente llego a pensar que incluso una vez derrotados por sus armas perversas, seguirían disparando en esa guerra en la que solo luchan ellos mientras los demás seguimos defendiéndonos con la lógica y con la esperanza de que no tarde en llegar el momento de que se terminen las balas de odio.
Ignoro las armas que deben usarse contra estos ataques. Mi opinión es que solo podemos usar escudos de cordura, paciencia y conciencia para que no nos alcancen de gravedad, Armarnos de serenidad y sentido común. Ser conscientes de que las balas no nos pueden herir porque no son verdaderas, paradójicamente acaban haciendo más daño a la persona que las disparó provocando heridas que no se ven al momento pero, que en el futuro acabarán doliendole mucho.
Como en toda guerra, no hay vencedores ni vencidos, solamente se contabilizan las víctimas que, en estos casos, son todas las personas que intervienen de forma directa o indirecta en el conflicto.
En estas situaciones no existen lo que llaman daños colaterales. Solo hay daños y punto. En una contienda sin sentido por una causa que desconoce incluso la misma persona que inició la guerra.
Todo sería más sencillo si reinara un poco de conciencia en las personas. Si cada uno de nosotros nos centrásemos en vivir plenamente nuestra vida con libertad de escoger con quien, donde y como vivirla. Si fuésemos capaces de aceptar la libertad de vivir de los demás, evitaríamos estas guerras absurdas que no son sangrientas pero que pueden llegar a matar por dentro. Sin heridas visibles pero con mutilaciones de sentimientos, sin campos de batalla pero con armas que destrozan nuestros corazones y nuestra felicidad.
Hoy quiero lanzar un mensaje de paz emocional a todas esas personas que piensan que solo ellas son libres de decidir su vida sin tener en cuenta el derecho a la libertad de todo el que las rodea. Un llamamiento a la cordura general para acabar con el egoísmo sentimental. Pido la rendición del rencor y la entrega de las armas cargadas de mentiras e irracionalidad. Solo pido que nos dejen vivir en paz.
J.M.G.G.
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