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lunes, 9 de noviembre de 2015
SOMOS HUMANOS, ACEPTALO.
En muchas ocasiones os vengo hablando de la importancia de la aceptación, y es que considero que esta cualidad humana es fundamental para vivir plenamente nuestra vida desde el punto de vista emocional.
Cuando hablamos de aceptación puede parecer que estamos refiriéndonos al hecho de resignarse a lo que nos pueda estar sucediendo. Por ejemplo ante una circunstancia que nos hace daño o que nos produce tristeza, la aceptación no sería resignarse a que debemos sentir eso y punto, no es así. En esos supuestos aceptar no es aguantarnos con el dolor o la tristeza, sino ser consciente de lo que estamos sintiendo y, una vez identificado ese sentimiento, actuar como nuestra propia conciencia nos dicte, asumiendo las consecuencias de las decisiones tomadas, es decir, aceptándolas de la misma manera. Desde la conciencia decidiremos si elegimos resignarnos o no. Por lo tanto la resignación es una decisión, una elección personal que tomamos tras aceptar lo que está sucediendo.
Con la aceptación nos hacemos conscientes, nos encontramos con nosotros mismos, nos conocemos a través de nuestros sentimientos. Al aceptar somos capaces de elegir cómo actuaremos ante una situación, una persona o un sentimiento, ya sean dolorosos o agradables. Si aceptamos las cosas tal y como son, seremos capaces de vivirlas intensamente y nuestra propia conciencia nos ha de marcar la manera de actuar en cada una de ellas.
Cuando aceptamos estamos realizando un acto de amor increible. Estamos siendo capaces de amar lo que nos rodea sin prejuicios. Pero, lo más importante, es que estamos desarrollando un acto de amor hacia nosotros mismos ya que, también estamos aceptando como somos realmente, sin escondernos ni avergonzarnos de nosotros. El amor solo se consigue cuando aceptamos sin reparos, por lo tanto, la autoaceptación es un hermoso y sincero acto de amor propio, fundamental, en mi opinión, para amar a todo el resto de personas o cosas que nos rodean.
La aceptación es un acto de generosidad que nos conduce a un estado de serenidad necesario para tomar las decisiones correctas. Incluso en el caso de que nos equivoquemos en cualquier decisión tomada, al aceptar las consecuencias de la misma, estamos consiguiendo ser conscientes del error y podremos rectificar con la misma serenidad que en el momento en el que tomamos aquella decisión. Es por esa razón que considero la cualidad de aceptación tan importante para llevar una vida equilibrada desde el punto de vista emocional y evitar esos momentos de ansiedad que, en muchas ocasiones sentimos.
En mi opinión, todos tenemos la capacidad de aceptar pero no somos sabedores de ello. Nos dejamos llevar continuamente por la ira que nos produce el odio, por los miedos que nos provocan inseguridad, por la ansiedad que nos llevan al descontrol. De la misma manera, la falta de aceptación, nos hace incapaces de vivir en plenitud una situación feliz, nos impide disfrutar con todos nuestros sentidos y con plena conciencia de las personas con las que nos relacionamos día a día y de los seres a los que queremos. Si no aceptamos somos incapaces de perdonar, si no perdonamos viviremos con rencor, si vivimos con rencor no amamos, si no amamos no vivimos plenamente. Es por eso que pienso que la aceptación es algo "vital" por la sencilla razón de que nos hace sentirnos vivos.
Al aceptar la realidad como es, como somos y como los demás son, estamos haciendo un hermoso acto de paz y amor en el que dejamos de ser personas para convertirnos en seres humanos.
J.M.G.G.
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