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jueves, 19 de noviembre de 2015

LA INOCENCIA DE MADURAR.




   La inocencia es una cualidad con la que todos nacemos y que la vamos perdiendo conforme crecemos. La sociedad en la que vivimos, sea del tipo que sea, se encarga de que esa inocencia que traemos de serie, vaya desapareciendo. Perdemos algo muy valioso sin darnos cuenta, por la influencia que esa sociedad provoca en nosotros.

   No existe ninguna sociedad que no acabe con nuestra inocencia innata. De una manera o de otra, nos van inculcando los valores propios de esa sociedad y los cánones correctos que serán imprescindibles para formar parte de ella. Solemos llamarlo educación, para mi educar nunca debería consistir en la imposición de ideales o comportamientos que una determinada sociedad considera que son correctos, en ese caso estamos perdiendo nuestra libertad de pensamiento, habremos perdido nuestra inocencia.

Resultat d'imatges de EDUCAR ACABA CON LA INOCENCIA

   Al ser totalmente libres, como lo son los niños, somos capaces de amar sin prejuicios, nuestros sentimientos serán puros y saldrán del corazón. Las personas que son capaces de amar puramente y son conscientes de ese amor, están llenas de inocencia y son conocedoras de su propio ser.

   Es inevitable acabar perdiendo nuestra inocencia ya que todos nacemos en una determinada sociedad o cultura dentro de la cual adquirimos sus creencias. El ser humano es capaz de recuperar esa inocencia cuando se hace consciente de que la ha perdido. Lo mejor de recuperarla es que se vuelve incorrupta, la experiencia vital, la inteligencia del ser adulto, no le permitirá que le vuelvan a arrebatar la inocencia porque ya ha conocido la grandeza de ser libre, ha despertado y necesita mantener ese estado de libertad para tener una vida plena.

                                                       Resultat d'imatges de GRANDEZA DE LA INOCENCIA

   Recobrar la inocencia es como volver a nacer, es un renacimiento del amor incondicional con el que vinimos al mundo, un renacimiento espiritual dentro del propio ser humano. Volver a ser inocente es madurar y con esa madurez vuelve a ser libre como en el momento de su nacimiento.

   En la propia Biblia hay fragmentos en los que se menciona la inmensa recompensa que recibe aquel que en su interior guarda la inocencia de un niño. Jesús dice: "Sólo LOS QUE SON COMO ESTE NIÑO son dignos de entrar en el reino de Dios". Todos lo niños pierden su la inocencia, es así, pero cualquier adulto puede recobrarla. Es por eso que remarco que Jesús no se refería a ese niño en concreto sino a todo aquel que dentro de si mismo es igual de inocente que aquel. El reino de Dios es la recompensa de la libertad absoluta.




   Es evidente que todos hemos nacido inocentes e igualmente lo es que esa inocencia la acabamos perdiendo. Lo verdaderamente importante, a la vez que difícil, es tener la capacidad de recuperar esa inocencia, para así, valorar la inmensa grandeza de sentirnos libres y ser capaces de amar sinceramente.

   Busquemos la inocencia perdida.

   J.M.G.G.

 

 

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