Desde que nacemos estamos creando nuestra propia historia personal. Todos nuestros actos, decisiones o hechos van formando nuestra propia personalidad y nos deja un poso en la mente que nos hace actuar de acuerdo a esa historia. De otra manera nos estaríamos contradiciendo y eso no nos lo podemos permitir, ya somos de una forma y no podemos cambiarla. Esto nos limita para intentar cosas nuevas, vivir nuevas experiencias o intentar nuevos retos. Nuestra propia historia no nos beneficia en nada.
Ser conscientes de esta limitación significa descubrir que nuestra historia no es necesaria y que podemos dejarla como se deja de fumar. Al dejar de lado lo que se supone que somos, estamos diciéndole al mundo que no sabrá que ni quienes somos porque no tenemos historia personal, somos lo que ven, solo eso. Lo que hemos sido ya no tiene sentido en este momento.
Los que nos conocen tienen una idea de nosotros que confirmamos con todo aquello que realizamos, nuestros actos van de acuerdo a esa idea re-afirmándola y haciendo más sólida la percepción que los demás tienen de nosotros.
Tenemos la obligación de ser coherentes con nuestra propia historia y damos las explicaciones necesarias de todo cuanto hacemos: a nuestra familia, amigos o conocidos. si dejamos nuestra historia personal, no será necesario dar explicaciones. A nadie le podrá afectar nuestros actos ya que no hay historia que nos preceda.
Los pensamientos de otros hacia nosotros, es una carga que dejamos cuando borramos nuestro historial. Nadie tendrá una idea preconcebida, no podrán esperar una manera de actuar por nuestra parte ni esperarán nada de nosotros. Nos convertimos en seres libres para realizar aquello que nos apetece y del modo que estimemos oportuno sin tener que complacer las expectativas de nadie.
Y es que somos demasiado previsibles, nuestros actos o estados de humor son conocidos por todos en todo momento. Una vez que nos conocen dan por hecho nuestro modo de actuar y nos convertimos en esclavos del pensamiento que el resto del mundo tiene hacia nosotros. Si nos liberamos del pasado nadie nos conoce con certeza, dándonos la libertad de no ser juzgados por nuestro proceder.
Nos vemos en la obligación de dar explicaciones de todo lo que decidimos, mas necesitamos sentir algo nuevo: experiencias, sueños, atracciones, relaciones, curiosidades, etc. Pero tener que explicar a todos el por qué y cómo, nos lleva a la desmotivación y esta a la mentira y a la ocultación de lo que hacemos, todo ello para esquivar la obligada aprobación moral de los que nos rodean.
Somos libres para contar lo que queramos que sepan sin tener que dar detalles, no es obligación el dar explicaciones, pedir permiso ni opinión de nadie. Nuestro pasado no es una norma de comportamiento ni nos debe dirigir en nuestra forma de actuar.
Tenemos dos posibilidades: hacer lo que nuestra historia nos dicta para seguir siendo como somos, lo cual se convierte en algo monótono y aburrido; o podemos borrar nuestro historial personal y convertirnos en seres sorprendentes para los demás e incluso para nosotros mismos.
En conclusión. Debemos dejar el peso de nuestra propia historia y, así, conseguir la libertad absoluta para ser como queramos, lograr lo que nos propongamos y de la manera que estimemos conveniente.
No canceles.
J.M.G.G.
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