Hoy quiero contaros una historia triste pero esperanzadora, la historia de una madre que ha vivido su vida dedicada a sus hijas, trabajando duro e invirtiendo todo lo que sacaba en el bienestar de sus dos niñas y a mantener una casa humilde lo más dignamente posible para que tuvieran un hogar donde crecer. Sola, con la ayuda de la abuela de quien aprendió que la familia era lo primero, antes incluso que su propia felicidad.
A medida que pasaba el tiempo, sus hijas necesitaban más recursos para llevar una vida cómoda, pero esta mujer solo disponía de su trabajo, por lo que decide tomar la decisión más dura que puede tomar una madre. Sacrifica todo lo que más quiere y deja su país, su hogar y, sobre todo sus hijas para ir a vivir a miles de kilómetros con el fín de que esas niñas vivan sin que les falte nada.
Pasan los años, una de sus hijas ya es mayor y toma la decisión de ir junto a su madre y labrarse su propio futuro junto a ella. Es un oasis de tranquilidad y una alegría para esa mujer, pero sigue teniendo el vacío de su niña pequeña, una jovencita rebelde que sigue viviendo con su abuela que se hace mayor y cae enferma, a pesar de todo su empeño, no puede con una persona tan difícil.
La protagonista de esta historia se ve abocada a otra dura decisión y vuelve a su hogar dejando, de nuevo, una parte de ella a miles de kilómetros, es como si el destino no quisiera que volvieran a estar juntas jamás.
Vuelve a empezar de cero, se queda sola junto a su hija menor, una chica que parece no aceptar la decisión que tuvo que tomar su madre y que, por venganza o por egoísmo, hace la vida imposible a esa mujer. Una chica que no respeta ni comprende el gran sacrificio de su madre y que, por el contrario, la trata mal y hace todo lo posible para que se sienta desdichada, tanto es así que busca un embarazo a muy temprana edad con un muchacho que se desentiende totalmente de ella y de su hijo. Esa gran madre se convierte en grandísima abuela.
En su lucha para que su madre nunca sea feliz, esa muchacha no puede consentir que, lo que debía ser un acto de rebeldía, se convierta en una bendición. No deja que esa orgullosa abuela se haga cargo de su nieto impidiendo que esté a solas con él, no dejando que lo cuide y tratando mal a su madre con la excusa de que el hijo es suyo. No suficiente con esto, al año o menos, vuelve a quedar embarazada del mismo joven y la historia se repite.
Es tal el trato que esta mujer recibe de su hija y el grado de desesperación es tan alto que llega un día en que ya no puede más y decide marcharse de su propia casa. No aguanta más.
Se pregunta por qué, se siente culpable de la actitud de su hija y siente que todo es responsabilidad suya. Está perdida, no entiende nada. Todo su esfuerzo no se ve recompensado y no sabe que debe hacer.
Esta historia no acaba aquí, el siguiente capítulo lo está decidiendo esa MUJER.
La vida se compone de decisiones y normalmente las tomamos pensando en las personas que queremos, nos sacrificamos y pensamos que todo es poco para que ellos estén bien. Pero siempre nos olvidamos de la persona más importante de nuestra vida, la que siempre está, la que vivirá junto a nosotros hasta la muerte. Es a quien menos cuidamos a pesar de ser la que más necesitamos. Esa persona eres tu misma, soy yo mismo, es ella misma.
Está bien cuidar a los más queridos pero no podemos hipotecar nuestra vida por esas personas, Las decisiones tienen consecuencias y debemos aceptarlas pero no dejando que nadie nos humille por haberlas tomado. Es muy injusto y menos aún cuando esas decisiones han sido todo un sacrificio en pos del bienestar de la persona que, ahora, te está humillando.
Lo único bueno de la anterior historia es que no se ha acabado, aún se pueden escribir muchos capítulos y esa gran madre tiene la oportunidad de empezar a tomar decisiones pensando en ella misma, quererse igual o más que a sus hijas y a sus nietos. Si mira atrás, puede comprobar que su vida la ha ido decidiendo ella, la ha escrito ella, pero sin pensar en ella jamás. Ahora puede seguir haciéndolo, sin dejar de amar pero consciente de que si decide, de una vez por todas, pensando en si misma, encontrará agradecimiento y amor de la persona a la que hará feliz, es decir: de ella.
Una historia triste puede tener un final feliz, piensa como quieres que sea y hazlo posible, escribe tu misma el fin de la historia y hazlo realidad.
Por favor, quierete, ahora te toca a ti.
J.M.G.G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario