Me gustaría que las personas a las que más quiero vivieran felices y no tuvieran ninguna preocupación en sus vidas. Seguro que, igual que a mi, os encantaría poder cuidarlos y protegerlos para que no sufrieran nunca, que os escucharan y contaran con vuestra opinión a la hora de decidir sobre sus vidas. Siento mucho decir esto pero, no puedes decidir por nadie ni nadie está obligado a hacer lo que tu piensas, aunque sea algo beneficioso para ellos.
Esto suele suceder
con personas a las que hemos visto crecer, ya sean hijos, sobrinos, amigos,
etc. Tenemos una obligación moral de protegerlos sin ser conscientes de que el
tiempo va pasando y se han hecho mayores. Nos damos cuenta de que ya no somos
tan necesarios en sus vidas pero nos resistimos a aceptarlo, intentamos que
hagan lo que consideramos mejor para ellos pero no entendemos que ahora ya no
podemos hacernos cargo de sus vidas como cuando eran niños, ahora ellos deciden
que quieren. Pero, a pesar de todo, seguimos sobre protegiendolos para que no
sufran y no somos conscientes de que los que sufrimos somos nosotros mismos y
de que nuestra vida va pasando a la vez que nos vamos preocupando por la vida de otra persona que ha tomado el rumbo de su vida. Puede que nos esta nos esté tratando mal y con desprecio a causa de
esa sobreprotección que hemos venido aplicando desde que eran niños. Nos hemos ido acostumbrando a pensar por ellos y, ahora no podemos asimilar que no quieran que lo hagamos.
Debemos aprender
del pasado para vivir plenamente nuestro presente. Si echamos la vista atrás y
recordamos nuestra historia, podremos observar como, poco a poco, fuimos
viviendo nuestras experiencias y crecimos haciendo lo que nos iban
indicando los mayores hasta que fuimos tomando nuestras propias decisiones que
nos han llevado a ser lo que somos hoy.
Es posible que
nuestros padres quisieran que nos hubiéramos casado con alguien distinto, que
hubiésemos estudiado una carrera diferente o que viviéramos cerca de ellos,
pero hemos decidido nosotros. Habremos acertado o puede que nos hayamos
equivocado en alguna de nuestras decisiones. Solo nosotros somos responsables y
nunca podemos culpar a nadie de lo que hemos elegido. No sería justo para
nuestros padres juzgarlos por algo que hemos decidido nosotros. Ellos tienen
todo el derecho a vivir sus vidas de la misma manera que nosotros de decidir
sobre la nuestra.
Esto mismo sucede
en el caso de esas personas que queremos, no podemos responsabilizarnos de sus
vidas ni de sus decisiones, por más que duelan, solo podemos estar a su lado si
lo pasan mal, pero hemos de seguir con nuestra vida, queriéndonos a nosotros mismos y viviendo
plenamente cada instante. Nadie vivirá por nosotros ni podemos pretender vivir
por nadie.
Es muy importante
ser conscientes de que solo podemos decidir sobre nuestra propia vida. Por
mucho que nos duela, tenemos que aprender a dejar que nuestros seres queridos
se equivoquen. Puede ser que los que estemos equivocados seamos nosotros, o quizás no, pero tanto el acierto como el error no es responsabilidad nuestra. Tenemos que tener
esto claro para no vivir en un permanente estado de culpa. Hemos de ser capaces de permitir que sigan su propio camino y de seguir con el nuestro sin dejar de amar, por supuesto, no tiene nada que ver el amor con la responsabilidad.
A veces pasa que
alguien querido no sigue tus indicaciones y ves que su forma de vida no es la
mejor para ella. Esto te duele y sigues insistiendo en que te escuche y cambie. Nunca
sucederá si esa persona no quiere y estarás malgastando tu energía y sufriendo,
te sientes responsable, te culpas de la vida de esa persona preguntandote si has hecho algo mal y sin aceptar que no
puedes hacer nada. Mientras esto sucede estás dejando de vivir tu propia
vida, esa vida de la que realmente eres responsable y en la única que puedes
decidir.
No es fácil, pero
es importante saber desconectar de la vida de los demás y seguir conectado a tu
propia vida. Es la única de la que dispones, así que no la malgastes intentando que otros sean felices.
Tú eres la persona más importante de tu vida, sin ti nada es posible.
J.M.G.G.
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