Buscamos nuestro equilibrio, el bienestar para tener una vida tranquila y feliz. ¿Dónde podemos encontrar ese equilibrio? ¿Por qué lo buscamos?
No es necesario buscar nuestro equilibrio en ninguna parte, ya estamos equilibrados en nuestro interior. Si vivimos y somos conscientes es porque tenemos un centro que nos hace vivir, pero incluso sin ser conscientes de su existencia, este también está ahí. No es necesario intentar convertirnos en una persona equilibrada porque ya lo somos.
En general miramos demasiado fuera de nosotros, no somos capaces de sentir nuestro interior. Si cerramos los ojos y permanecemos en silencio, en reposo, simplemente respiramos sin hacer nada más nos daremos cuenta que a pesar de encontrarnos en ese estado de quietud, la vida continua, siguen pasando cosas.
Podemos llevar una vida activa en la que buscamos nuestro confort, nuestro bienestar en el exterior, buscamos el dinero, una vivienda, comodidades para sentirnos mejor, etc. Y son cosas que no encontraremos en nuestro interior y por lo tanto debemos buscarlas.
De la misma manera también podemos llevar un modo de vida pasivo en el que no tenemos que hacer nada, solo dejar que las cosas pasen.
Si conseguimos una transición desde la actividad a la pasividad encontraremos un equilibrio.
Cuando llevamos una vida en la que solamente buscamos nuestra felicidad en el exterior, nuestra mente está totalmente desequilibrada. Permanecer sentado y en silencio es imposible para esas personas, no son capaces de encontrar el sentido a observar todo lo que les rodea. Si fueran capaces de parar un momento y pasar a un modo pasivo unos instantes, unos segundos al día. Al dejar que las cosas sucedan, como mirar al cielo y ver pasar las nubes, observar las aves, etc. No esperar que pase nada, solo observar y dejar que suceda.
Hay que mirar detenidamente nuestro mundo interior, observar nuestros pensamientos sin esquivarlos ya que evitar lo que pensamos es volver a activarse, debemos dejar que suceda. Se trata de permanecer observando, difuminarse con la realidad de la vida como si no existiéramos.
Imaginemos el día que ya no estamos en el mundo, los compañeros comenzarán a trabajar a la misma hora, el autobús se detendrá en la parada de siempre. Si permanecemos quietos y pensamos que ya no existimos, en una paz y una tranquilidad enorme, observaremos que todo seguirá igual sin que estemos ocupados por estar activos ¿Que necesidad tenemos?.
Hacer esto en algunos instantes del día, dejar de existir unos segundos y sentir cómo el mundo continúa sin nosotros nos dará la capacidad de ser conscientes y nos daremos cuenta de que las cosas pasan y seguirán pasando cuando no estemos.
No hace falta buscar todo fuera de nosotros, las cosas pasan cuando pasan. El buen pan no lo hace la harina sino un buen panadero, un cuadro bellísimo no lo hacen las pinturas si no un gran artista, no existen las buenas obras sino las personas buenas.
Al encontrar nuestro centro surgirá la compasión y el amor. Nuestra alegría la sentimos gracias a nuestro equilibrio. Cuando disfrutamos estamos centrados y el placer que sentimos es lo que nos indica que hemos encontrado nuestro centro, cuando sufrimos o lo pasamos mal es que lo hemos perdido y hemos de recuperarlo.
Un beso por costumbre o por rutina pierde su sentido, dejas de hacerlo desde tu conciencia y no lo disfrutas, has perdido el centro, un buenos días frío no tiene mensaje, es solo una frase.
El centro de todo está dentro de ti.
J.M.G.G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario