Cuando nos enfadamos estamos sintiendo una transformación en nuestro interior que tratamos de controlar para encontrarnos mejor. Intentamos evitarla y así volver a nuestro estado de normalidad, pero nos cuesta mucho hacerlo porque no llegamos a la verdad de nuestra ira. La verdad nos da libertad y la única manera de llegar a la verdad es sentirla, dejarnos invadir por ella.
Usamos mucha energía para evitar la ira y nos damos cuenta que esa lucha no nos da el resultado esperado, seguimos molestos y enfadados y además esa energía malgastada nos frustra provocando más ira. el camino no es poner nuestra energía en contener la ira sino en sentir y conocer de donde procede. Si miramos dentro de nosotros descubriremos que no es ahí donde nace nuestro malestar, la ira no viene de nosotros.
¿Cual es el origen? El exterior, algo falso que la sociedad he inventado y donde nos vemos reflejados. La ira no nace de nosotros, repito. Una bofetada nos duele físicamente pero el enfado que sentimos procede del daño que nos hace en nuestro ego. el ego no es lo que somos, es lo que nos han hecho creer que somos.
Llevamos toda la vida reprimiendo ese sentimiento de ira y se nos ha ido acumulando tanto que nos ha llenado de odio, de agresividad y de violencia y lo podemos ver en cualquier situación cotidiana en cualquier lugar. No transformamos esa energía, la acumulamos hasta que no podemos contenerla y la vamos descargando para poder dejar entrar más ira renovada de otras situaciones. Guardamos tanta ira en nuestro interior que incluso un sentimiento como el amor acaba intoxicado por ella.
Nos han hecho creer que sentir ira es algo malo, de la misma manera que nos han enseñado que el sexo no es bueno. Son cosas totalmente naturales y reales que todo el mundo ha experimentado como humanos que somos. No logro entender por qué debemos controlar la ira como tampoco entiendo por qué debemos reprimir el sexo, el amor o el dolor. Todas son emociones y actos naturales que nos deberían ayudar a crecer como humanos. Si observáis a un niño pequeño, veréis que se enfada y llora con rabia pero que al minuto ese enfado se desvanece y vuelve a estar contento y saltando como si nada. Los niños son seres puros a los que enseñamos a ir reprimiendo sus sentimientos a medida que crecen con la intención de "evitar que sufran". No les estamos haciendo ningún favor.
Sentir la ira no le hace daño a nadie, debemos sentirla y dejarnos llevar por ella, eso sí, sin proyectarla contra nadie ya que eso originaría aún más ira. Debemos sentirla en nuestro interior y descargarla en privado mediante ejercicio físico, gritando, dando puñetazos a la almohada o llorando, pero nunca dejar ese sentimiento dentro de nosotros porque nos hará daño si no llegamos a sentirlo hasta que se esfume.
Hay personas a las que consideramos no violentas pero, ¿Son así en realidad? Puede que no demuestren sus enfados en un momento dado porque están reprimiendo ese sentimiento. ¿Qué pasará cuando no pueda acumular más ira dentro de sí? Estallará y será de una manera mucho más violenta. Sin embargo una persona que vive su enfado, lo sentirá de una forma consciente y plena hasta que pase. Una vez vivido ese sentimiento ya no forma parte de nosotros, no existe, no acumulamos ni reprimimos y somos seres más libres.
No temamos sentir ira, no tengamos miedo a enfadarnos. Somos seres reales y la ira es real como nosotros, debemos vivirla.
J.M.G.G.
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