Cada uno de nosotros nos vemos a nosotros mismos de una determinada manera, tenemos un concepto propio que hemos venido formando a lo largo de nuestra vida gracias a las experiencias vividas. Tenemos una determinada autoimagen.
Nuestra autoimagen nos indica lo que pensamos de nosotros mismos, como creemos que nos ven los demás y cómo nos vemos nosotros, nos indica la clase de persona que nos consideramos pero, es una imagen formada dentro de nuestra mente sin tener en cuenta la realidad o la imagen que otras personas tienen de nosotros, puede que ese concepto no coincida y tengamos una percepción propia que no se ajusta a la realidad.
Todas las creencias formadas por nosotros mismos han creado nuestro ser mental, nos consideramos de una determinada manera y, esas creencias, se convierten en una verdad para nosotros, nos convence y llegamos a actuar conforme nos dicta esa verdad formada de nosotros.
Los actos, conductas o incluso nuestras cualidades, están sujetas a una autoimagen. La vida cotidiana es un reflejo de la clase de persona que hemos concebido en la mente durante toda nuestra vida.
Todo lo anterior nos lleva a tener un concepto propio que nos cuesta cambiar porque ya está muy arraigado en la mente. Una persona cuyo concepto de sí misma es, por ejemplo, el de alguien triste, actuará acorde a ese autoconcepto y las consecuencias de sus actos, llevados a cabo desde la tristeza de su mente, reforzarán la imagen que tiene de el mismo, confirmará su concepto de persona triste. Se convierte en un círculo vicioso de donde es difícil salir y cambiar la actitud.
Todos tenemos la capacidad de cambiar la autoimagen y, en consecuencia, de afrontar la vida desde un concepto más objetivo de nosotros. A muchos, en alguna ocasión, nos han aconsejado que debemos pensar en positivo, pero el pensamiento positivo no se puede usar solamente en circunstancias externas. Eso está bien para aliviar un sentimiento o tomar una actitud en una situación concreta pero si no cambiamos nuestro autoconcepto, el pensamiento positivo es solamente un remiendo para nuestra autoimagen. De nada sirve pensar positivamente si nuestro propio concepto es negativo.
Considero que lo verdaderamente importante es ser conscientes de la capacidad que tenemos los seres humanos de conocernos a nosotros mismos. No debemos conformarnos con el concepto creado por las experiencias sino aprender de ellas y no etiquetarnos a la hora de actuar o de tomar una decisión. La mente humana es tan inmensa que no podemos limitarla a un adjetivo, ya sea positivo o negativo, para definirla.
La libertad es la única cualidad válida para nuestra autoimagen, con ella debemos actuar en la vida.
J.M.G.G.
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