Me encantan los cuentos. Si hay algún modo de aprender y sacar conclusiones es a través de un cuento. Pensamos que son cosas de niños y que a los mayores ya no nos van esas cosas, somos demasiado maduros para eso. Es un error más, otra mentira que nos han hecho creer para conseguir acabar con nuestra inocencia.
Yo me declaro amante de los cuentos y me apetece compartir uno con vosotros, un cuento que a mi me hizo recapacitar y aprender y que espero que también os guste.
LA TORTUGA Y LOS DOS PATOS.
Había una tortuga que vivía feliz y contenta en un estanque de agua limpia y cristalina. Nadaba a sus anchas por él sin que nadie la molestara. Cuando hacía sol salía a una roca y se quedaba allí un rato disfrutando de sus rayos. Cuando tenía hambre no le faltaba una rica libélula que volaba cerca o un exquisito escarabajo para saciarla. Era feliz en aquel estanque.
Llegó el verano y los rayos del sol ya no eran tan placenteros, los días pasaban y no llovía. El agua cristalina de aquel estanque se evaporaba poco a poco y la comida empezó a escasear. La vida de la tortuga ya no era tan ideal. No sabía cómo iba a sobrevivir allí.
Una tarde mientras la tortuga se resguardaba del sol, escuchó a dos patos que volaban por encima de ella y comenzó a gritarles para pedir ayuda. - ¡ Patos, patos! Necesito vuestra ayuda para salir de este estanque y buscar uno con más agua y comida. ¿Podrías ayudarme a encontrar otro?-
Los patos contestaron - Claro que sí, pero no sabemos cómo podemos ayudarte, nosotros tenemos alas y nos desplazamos volando y tú, en cambio, caminas por el suelo.-
La tortuga pensó y se le ocurrió una idea. -¿ Qué os parece si sujetais un palo entre los dos con vuestro pico y yo me agarro fuerte a él con la boca? Así me podríais llevar volando y salvarme de morir aquí de hambre.- Los patos se miraron y aceptaron llevar a la tortuga a un estanque nuevo. - Muerde fuerte el palo, no te vayas a caer.- Los patos tomaron el palo y la tortuga lo mordió con fuerza y así sacaron de allí a la tortuga.
En el trayecto hacia la salvación de la tortuga, había unos niños que jugaban con un balón en un parque cuando uno de ellos miró hacia arriba y vio la escena de los dos patos transportando, de aquella forma tan cómica a la tortuga. Gritó a sus compañeros de juego para que vieran esa situación tan inusual.-¡Mirad! Son dos patos que llevan a una tortuga colgando de un palo.- Y comenzaron todos a reírse de la tortuga. - jajaja, una tortuga que quiere volar, que ridicula.- Se mofaban de la pobre tortuga.
Ante las risas y las burlas de los niños, la tortuga se enfadó tanto que no pudo evitar gritarles - ¡No lo hago porque quiera volar, me estaba muriendo de hambre y necesitaba salir de aquel estanque, no os riáis más de mi!
Obviamente al abrir la boca para contestar a los niños, la tortuga se soltó y comenzó a caer hasta dar con su cuerpo en la hierba del parque.
Los patos no podían bajar para ayudarle con todos aquellos niños allí. y la tortuga no pudo llegar al estanque donde la llevaban para continuar con una vida tranquila.
Todo cuento tiene su moraleja y la de este es que no importa lo que nos puedan criticar y lo que puedan decir. Sólo nosotros sabemos el motivo por el que actuamos de una manera. Debemos tener paciencia y no caer en las provocaciones, calmarnos y no actuar sin meditar y pensando en las consecuencias de nuestras reacciones. Si actuamos impulsivamente, las consecuencias nos pueden resultar perjudiciales y perder aquello que tanto esfuerzo nos está costando realizar.
Si tenemos claro lo que hacemos y por qué lo hacemos, no nos deben afectar las críticas y las burlas de nadie, es entonces cuando debemos morder más fuerte el palo. Pensemos las consecuencias que tendremos antes de abrir la boca.
Paciencia.
J.M.G.G.
En el trayecto hacia la salvación de la tortuga, había unos niños que jugaban con un balón en un parque cuando uno de ellos miró hacia arriba y vio la escena de los dos patos transportando, de aquella forma tan cómica a la tortuga. Gritó a sus compañeros de juego para que vieran esa situación tan inusual.-¡Mirad! Son dos patos que llevan a una tortuga colgando de un palo.- Y comenzaron todos a reírse de la tortuga. - jajaja, una tortuga que quiere volar, que ridicula.- Se mofaban de la pobre tortuga.
Ante las risas y las burlas de los niños, la tortuga se enfadó tanto que no pudo evitar gritarles - ¡No lo hago porque quiera volar, me estaba muriendo de hambre y necesitaba salir de aquel estanque, no os riáis más de mi!
Obviamente al abrir la boca para contestar a los niños, la tortuga se soltó y comenzó a caer hasta dar con su cuerpo en la hierba del parque.
Los patos no podían bajar para ayudarle con todos aquellos niños allí. y la tortuga no pudo llegar al estanque donde la llevaban para continuar con una vida tranquila.
Todo cuento tiene su moraleja y la de este es que no importa lo que nos puedan criticar y lo que puedan decir. Sólo nosotros sabemos el motivo por el que actuamos de una manera. Debemos tener paciencia y no caer en las provocaciones, calmarnos y no actuar sin meditar y pensando en las consecuencias de nuestras reacciones. Si actuamos impulsivamente, las consecuencias nos pueden resultar perjudiciales y perder aquello que tanto esfuerzo nos está costando realizar.
Si tenemos claro lo que hacemos y por qué lo hacemos, no nos deben afectar las críticas y las burlas de nadie, es entonces cuando debemos morder más fuerte el palo. Pensemos las consecuencias que tendremos antes de abrir la boca.
Paciencia.
J.M.G.G.
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