¿Todo sucede por algún motivo? Pasamos por cantidad de situaciones en la vida, unas buenas y otras no tanto pero: ¿que motiva que lo que vivimos sea bueno o malo? ¿Es la casualidad?
Todos conocemos
personas que se caracterizan por su positivismo y da la sensación de
que sus vidas están llenas de alegría. Nos da la impresión de que
todo les sale bien, que no tienen problemas y que siempre salen
airosos de estos pero, en general, todos tenemos malos momentos, la
diferencia está en la manera que tenemos de afrontarlos.
Cuando una persona
sabe donde quiere ir y fija su meta con disposición de aprender y
flexibilidad para cambiar, tendrá muchas posibilidades de conseguir
su objetivo. La clave radica en la capacidad de amoldarse a las
circunstancias y de ser capaces de desechar las creencias o
convicciones que les impiden adoptar otras que les puedan conducir a
donde quieren llegar.
No podemos saber si
lo que creemos es cierto, por eso son creencias, pero las personas
tenemos la capacidad de razonar y podemos analizar si lo que creemos
nos es de utilidad para conseguir nuestros objetivos, si son
enriquecedoras en nuestra vida o no. Cuando se nos presenta un
problema nuestro sistema de creencias se ve alterado y eso nos
descentra, nos bloqueamos, no puede ser que las cosas sean así y
buscamos la solución para que vuelvan a la senda de lo que creemos,
pero lo que creemos no tiene porque ser cierto, podemos estar
equivocados y ahí es donde debe actuar nuestra capacidad de cambio,
de amoldarnos a la realidad.
Cuando aparece un
problema tendemos a fijarnos en el lado negativo y nos enfocamos en
encontrar la solución, pero algunos son capaces de afrontarlo
buscando algo positivo. Para ello lo principal es ser consciente de
que hay una alternativa a la negatividad, tenemos que ser capaces de
superar las limitaciones dejando de creer que las tenemos. la
creencia en los límites nos hace personas limitadas. Ante una
dificultad podemos creer que no estamos capacitados para superarla o,
por el contrario, podemos cambiar esa creencia por la de que tenemos
posibilidades para superar el problema. Desde esta creencia en
nuestras capacidades tendremos más probabilidad de conseguir la
solución, una visión positiva nos puede hacer ver la manera de
actuar en lugar de cerrarnos la puerta a una salida airosa.
Por lo tanto,
volviendo a la pregunta inicial, pienso que nuestra actitud ante las
vicisitudes de la vida son las que marcan, en cierto modo, lo que nos
sucede. En una situación difícil tenemos dos posibles maneras de
actuar: conformándonos achacando nuestros problemas a la mala
fortuna, convencidos de que somos incapaces de luchar contra el
destino o, por el contrario, creyendo en nuestra capacidad para
buscar un camino alternativo que nos lleve a donde deseamos llegar.
Las cosas pasan por
algún motivo, esto es verdad, pero el motivo somos nosotros y
nuestra capacidad para no auto-limitarnos, para lograr que las cosas
pasen o que los problemas se solucionen.
Lo que llamamos
casualidad en realidad es causalidad provinente de la creencia en
nuestras capacidades para cambiar el curso de nuestro destino. Por lo
tanto: ¿Todo sucede por algún motivo? La respuesta es sí y el
motivo nosotros mismos.
J.M.G.G.
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