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jueves, 24 de marzo de 2016

SOMOS COMPLICADOS.


    En la vida necesitamos relacionarnos con los demás, es uno de los aspectos que le da sentido a nuestra existencia, pero mantener una relación con otra persona no siempre es fácil. Como se suele decir "Cada uno somos de una madre" y por esa razón el trato puede variar dependiendo la persona con la que nos vamos a relacionar.

   Seguramente todos tenemos un concepto de nosotros mismos y nos consideramos personas capaces de ver la realidad de una forma objetiva y de elegir nuestras manera de actuar dependiendo del momento. Pensamos que somos libres de decidir sin que nadie nos influya emocionalmente, confiamos en nosotros mismos ante las situaciones cotidianas de la vida y sabemos tratar a los demás de una manera justa y tolerante. Este concepto propio sería el ideal pero en realidad, muy pocas personas tienen este equilibrio.

   Las personas, en líneas generales, somos complicadas, todas tenemos en nuestro interior algún tipo de manía, temor o ansiedad inconscientes, más o menos importantes, que nos hace ser especiales.
   En mayor o menor medida todos tenemos nuestro grado de dificultad de trato y es algo normal que no ha de preocuparnos, siempre y cuando seamos conscientes de que es así. Pero en ocasiones nos relacionamos con personas en las que este grado de dificultad se multiplica y se hace muy difícil la relación con ellas.

Resultat d'imatges de complejidad humana

    Hay personas que tienen una percepción de la realidad y de sí mismos muy desvirtuada. Niegan lo que hay y distorsionan esa realidad llegando a creer que viven una situación que no es la verdadera. Esto les lleva reaccionar emitiendo juicios equivocados, reaccionan siempre con el mismo comportamiento y son personas que siempre actúan a la defensiva mediante enfados, insultos o mentiras.

   Muchas personas conviven con una lucha interna que hace que perciban y distorsionen la realidad interpretándola de una manera errónea. Este malestar interno lo proyectan al exterior generando conflictos y su vida es una pelea continua. Intentan evitar lo que es inevitable porque no se ajusta a su forma de ver las cosas.
   Imaginaos el caso de una persona a la que desde pequeña le han enseñado que debe ser limpia y ordenada, que se tiene que hacer cargo de su casa y no puede salir o irse a dormir con la casa desordenada. Si a esta persona, un día le surge algo y no puede dejar la casa en orden, su esquema de la realidad se verá alterado, pensará que no puede dar esa imagen, se sentirá mal pensando en lo que, según ella, debe hacer en casa, vivirá un conflicto en su interior. Será incapaz de elegir entre lo que tiene interiorizado que es lo correcto y algo que es posible que sea positivo o necesario para ella. Le es imposible decidir sin sentirse mal, haga lo que haga será malo y le hará pasarlo mal. Si alguien le pregunta si se encuentra bien, reaccionará mal, con evasivas, mintiendo o enfadada.

   Ante estas personas no podemos hacer nada para ayudarlas, solo ellas tienen esa posibilidad mediante la aceptación de su forma de ser. Solo cuando se aceptan pueden darse cuenta que tienen más opciones para elegir y que lo que temen no les causa ningún mal, aprenderán a aceptar las consecuencias de sus decisiones sin miedo. Pero es algo que han de hacer solas, por más que le digamos, no lo aceptarán hasta que ellas mismas lo hagan.
   Si la persona anterior acepta que es extremadamente limpia y es consciente de que eso le causa un problema, el día que no pueda asear la casa por alguna causa lo vivirá como algo menos traumático, será consciente de que puede elegir y que lo que decida no le va a suponer un peligro vital ni será algo tan grave para ella. Al aceptar su decisión aceptará las consecuencias, podrá ver que en realidad puede ser limpia sin tener que renunciar a otras cosas.

Resultat d'imatges de aceptar los miedos

   La raíz de estos comportamientos es el miedo, la ansiedad o la angustia. Estas emociones son más intensas de lo normal en estas personas y temen situaciones, que en realidad no son peligrosas, como, por ejemplo, dejar la casa desordenada. Ven el peligro donde no lo hay con miedos exagerados. Ven el mundo con inseguridad y les cuesta mucho afrontar ese miedo.
   Sus conductas están destinadas a protegerse de lo que temen y evadir la realidad para olvidarse del conflicto que tiene en su interior. Suelen enfadarse con los demás, mentir, insultar, decepcionarse, llorar, etc. Reacciones que les hace sentir alivio o sentirse más seguros.
   La forma de reaccionar a los miedos suelen ser varias como: complacer a los demás y conseguir afecto que evite el daño que tanto temen.; aislarse de todo y vivir apartado de la realidad ya que, en ese aislamiento se sienten seguros; Actuar agresivamente y dominar la situación, si son más violentos, insultan o agreden, no se verán agredidos.

   Una vez se sienten aliviadas o más seguras, se dan cuenta de las consecuencias de sus conductas, del mal que han provocado con su actitud, se sienten culpables y tratan de reparar los daños causados. Piden perdón y aseguran que no volverá a pasar. Pero ese conflicto interno sigue dentro de la persona y antes o después tendrá la necesidad de aliviar su miedo.
   Estas actitudes son típicas de las personas que maltratan a su pareja o a los hijos, pero se pueden ver en otro tipo de actitudes menos graves. Todo va en proporción al tipo y grado de miedo o inseguridad que siente esa persona.

Resultat d'imatges de arrepentido

   Todos tenemos miedos y seguramente hemos reaccionado así en alguna ocasión. Tenemos que aceptar que somos más complicados de lo que creemos y conocer nuestros temores para elegir, con libertad y sin traumas, la mejor manera de vivir la vida plenamente.

   La relación con los demás es más sencilla cuando sabemos relacionarnos con nosotros mismos.

   J.M.G.G.



 

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