Cuando estás tranquilo, sin nada que hacer es cuando te das cuenta de que la vida es algo más que tú, tus asuntos o tu rutina. Hoy estoy en mi casa solo, en teoría no debería preocuparme nada, solo la herida de mi cirugía. Desde la cama oigo a la gente por la calle, los coches pasar, los niños jugando, etc, la vida pasa de la misma manera que antes de ayer cuando yo era parte de todo ese ajetreo. Esto me hace pensar que solo somos una minúscula parte del mundo y que no somos imprescindibles en el mismo.
Al contrario de lo que podáis pensar, no me siento mal por el descubrimiento de que soy prescindible, me llena de tranquilidad saber que la vida sigue sin mí ahí fuera y que todas esas preocupaciones que, a diario, llenan mi cabeza no son tan importantes como pensaba.
Estando aquí tranquilo, me doy cuenta de que lo verdaderamente importante soy yo, que el único mundo en que soy imprescindible es el mio. Cada uno de nosotros formamos nuestro propio mundo particular en el que solo nos tenemos a nosotros, si no estamos en él, desaparece y deja de existir, pero el universo que hay fuera de sigue.
Solo soy una piedra en la gran montaña. Estoy rodeado de un gran número de piedras como yo. Sin mí la montaña no desaparece, pero sin todas las demás piedras que tengo alrededor, la montaña no existiría. Me siento orgulloso de ser parte de ella y, a la vez, me llena de calma saber que no soy tan importante como pensaba, que si no estoy, la montaña seguirá estando ahí.
Es importante que tengamos claro que todas esas preocupaciones que nos rondan en la cabeza, no son tan importantes como parecen, al final todo se basa en vivir y formar parte de la gran montaña. Hay personas a las que amamos, pero ellas, igual que nosotros, forman su propio mundo particular con sus preocupaciones, ellas también forman parte de esto que es la vida conmigo, juntos pero sin depender mutuamente.
Ahora que sé que sin mi la gente sigue viviendo, estoy en paz conmigo mismo, ahora sé que no vale la pena preocuparme sino ocuparme. Ahora tengo libertad para disfrutar de las otras piedras que me dan apoyo en esta montaña de la vida e intentar ser un buen apoyo para ellas. Me he dado cuenta que los demás pueden seguir sin mí y no me siento más importante de lo que soy.
Desde esta cama, tranquilo, sin nada que hacer más que vivir, me he dado cuenta de lo bonita que puede ser mi vida si entiendo que no soy primordial para nadie, solo para mi. Sin mi no soy yo, pero el mundo sin mí seguirá siendo el mundo, y no pasa nada.
Sabiendo todo esto soy capaz de amar con toda mi alma, de aprender de los demás y estoy en paz conmigo mismo para seguir siendo una piedra más de esta bella montaña. Ahora soy feliz sabiendo que solo tengo que vivir, solo eso.
J.M.G.G.
Y fluir con la Vida...
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