Pero lo que para
unos es algo de lo más normal, para otros es una cualidad
extraordinaria. Si vamos al concierto de un pianista podemos ver como
toca el piano de una manera excepcional y pensamos que es un fuera de
serie, pero para el, lo que está haciendo es algo tan normal como
respirar, confía en su habilidad e interpreta una pieza musical con
todo el sentimiento y la intuición, coordina sus dedos de una manera
que pensamos que es casi sobrenatural. Las cualidades humanas son
infinitas, como podemos observar con el ejemplo anterior, pero las
personas no valoramos nuestras cualidades o habilidades y las damos
por supuestas, son parte de nosotros y punto.
De la misma manera
damos por sentada la idea que tenemos de la inteligencia y esa es la
causa de que muchas personas no sean conscientes de las habilidades
que tienen, las consideran normales o que son algo así como el
masticar la comida o el respirar. Esto puede hacer que no vean su
camino para realizarse en la vida y dejen de hacer una actividad
enriquecedora por considerarla algo normal. Tenemos una idea de la
inteligencia basada en las matemáticas o en la manera de usar el
lenguaje, pero estos son solo dos aspectos de los múltiples que
caracterizan la inteligencia.
Desde la antigua
Grecia, la inteligencia se relacionaba con el conocimiento en la
palabra y los números, los propios filósofos lo manifestaban así.
El pensamiento razonado era lo único que, se pensaba, nos hacía ser
lo que somos. René Descartes inmortalizó esta idea en su célebre
frase “Pienso luego existo”. Esto ha llegado hasta hoy y pensamos
que la auténtica inteligencia es aquella que trasciende de lo
meramente sentimental o emocional. Pensamos que la inteligencia se
puede contar o medirla mediante un test o una prueba de capacidad
intelectual y, de esta manera, nos clasificamos en personas
inteligentes o no.
Esta idea de
inteligencia está tan asumida en nuestra vida que la formación
académica de nuestros jóvenes consiste en conseguir la máxima
capacidad en materias basadas en la razón y la lógica. Los maestros
dedican todo el curso a preparar a los alumnos para los exámenes
finales, pero ninguno de estos exámenes tienen en cuenta las
capacidades del niño en alguna habilidad y esto influye en el futuro
académico del niño ya que se le puede considerar como que no da el
mínimo académico para graduarse pero puede ser muy válido en
disciplinas que no están evaluadas, aunque para la sociedad no dará
el perfil de inteligente.
Hay muchas formas de
interpretar la inteligencia, pero no pueden medirse. La inteligencia
puede tener muchas vertientes: musical, artística, empática, de
autoconocimiento y también lingüística y matemática. Creo que la
educación debería valorar todos los aspectos de la inteligencia y
que todos los niños deberían tener las mismas oportunidades para
desarrollar su propia inteligencia. Pienso que no todas las personas
inteligentes son las que destacan en los números o en las palabras.
De ser así no podríamos considerar inteligente al pianista, al
bailarín, al pintor, al mecánico, al cajero del supermercado, etc.
Es importante
considerar la diversidad de inteligencias para que cada individuo
pueda desarrollar la suya y encontrar su verdadera vocación para
llegar a ser lo que verdaderamente puede llegar a ser.
Pensemos en alguien
capaz de sacar partido a cualquier cosa que su mente pudiera valorar.
Que llegase a entrevistarse con poetas o artistas para aprender de
ellos su poder de intuición o de imaginación.
Alguien que
utilizara su violín para ayudarse a resolver cualquier problema que
se le planteara en su trabajo diario.
Alguien que
entendiera que el desarrollo intelectual y la creatividad llegan a
través de comprender la diversidad de la inteligencia.
Esta persona existió
y fue una de las personas más importantes en el mundo de la ciencia
y la física. Esa persona fue Albert Einstein.
Al eliminar nuestra
idea actual de inteligencia nos damos cuenta de las distintas maneras
en que esta se puede presentar ante nosotros. Hemos dado por hecho
nuestra idea de la inteligencia basada en un número, en una
calificación. Todas las personas tenemos distintas cualidades,
nuestros intereses no son los mismos ni llegaremos a alcanzar los
mismos objetivos en la vida y nadie llega a ser más inteligente que
otro, simplemente tiene distinto tipo de inteligencia.
No demos por sentado
algo que no es, seamos inteligentes.
J.M.G.G.
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