Translate

Ahora

miércoles, 9 de marzo de 2016

TREN DE VIDA



   ¿Os habéis dado cuenta de todo lo que pasaba a vuestro alrededor hace un momento? Al igual que yo, seguramente no, estábamos demasiado ocupados en nuestros asuntos como para estar atentos a lo que nos rodea. Nos cruzamos con cientos o miles de personas durante el día y no nos damos cuenta. Son numerosos los momentos que nos pasan por alto y las experiencias que no vivimos.

   Obviamente es imposible estar atento a todo lo que sucede, quien sea capaz de hacerlo se puede considerar un Super héroe. Lo que quiero decir con esto es que vivimos refugiados en nosotros mismos la mayor parte del tiempo y dejamos de ser conscientes de todo lo que nos rodea.

   Cuando viajamos en tren y miramos por la ventana, nos damos cuenta que no podemos disfrutar plenamente del paisaje, pasa demasiado rápido y es imposible observar los detalles. Nuestro día a día lo vivimos dentro de un tren de alta velocidad. Viajamos atravesando un paisaje repleto de hermosura y detalles maravillosos, nos encanta lo que vemos pero la velocidad del tren no nos permite apreciar detenidamente ese paraíso que estamos atravesando. Esto pasa porque pensamos que somos los pasajeros del tren cuando, realmente, somos los maquinistas. Tenemos la oportunidad de viajar a la velocidad que queramos e incluso de parar a disfrutar de lo que queramos en cualquier momento del viaje.

Resultado de imagen de viaje en tren

   Cada instante de la vida es único, el viaje que estamos haciendo tiene un solo destino y está en nuestra mano disfrutar de el o acelerar la máquina y perdernos un viaje maravilloso e irrepetible.

    El viaje es tan bello como lleno de obstáculos que debemos salvar para seguir. Tenemos un objetivo que es llegar al destino habiendo disfrutado del camino, si tenemos claro cual es el propósito y tenemos fe en nosotros podemos superar cualquier dificultad, pero además contamos con otra ventaja de la que muchas veces no somos conscientes, no hacemos solos el camino. Estamos rodeados de personas con las que compartir el viaje y en las que podemos confiar para lograr cumplir los objetivos de nuestra vida.

   En ocasiones la capacidad de depositar nuestra confianza en otras personas, puede ser la diferencia entre conseguir superar un obstáculo o tropezar en él. Un claro ejemplo son las personas ciegas que depositan su confianza, ya no en otra persona, en un animal que les guía fielmente. Alguien de nuestro alrededor puede ver la salida que nosotros no podemos ver, así como nosotros podemos ser el perro lazarillo de otras personas que van a chocar contra su obstáculo. Son dones que la vida nos da y que no somos capaces de tenerlos en cuenta. Viajamos a toda velocidad sin disfrutar del paisaje, de la compañía ni de las comodidades que nos hacen el recorrido más cómodo.

Resultado de imagen de confiar en los demas

   Si somos capaces de viajar más despacio mientras nos ocupamos de las cuestiones cotidianas de  la vida, si nos tomamos nuestro tiempo para ver y nos dejamos guiar con confianza, si somos conscientes del gran viaje que estamos realizando, nos daremos cuenta de todo lo maravilloso que nos estamos perdiendo para llegar a un destino que es seguro. cómo queremos hacer el viaje es decisión nuestra.

   Buen viaje.

   J.M.G.G.

No hay comentarios:

Publicar un comentario