DATE UN RESPIRO.

   Vivimos víctima de los nervios. Llevamos un ritmo de vida en el que nuestra mente permanece siempre ocupada, ya sea por el trabajo, el hogar, la economía o intentando hacer posible nuestras metas personales. A todo esto hay que sumar los problemas cotidianos que se nos presentan y a los que tenemos que enfrentarnos de improviso.

Son tantas las cuestiones a las que tenemos que hacer frente, que nos faltan horas para encargarnos de ellas, lo que da lugar  a descuidarnos, quitamos importancia a cosas como dedicarnos tiempo a nosotros mismos, lo que nos provoca trastornos como el insomnio y no descansamos lo suficiente.

   Las consecuencias de esta carga de actividad es la acumulación de cansancio mental y físico que nos lleva a la irascibilidad y, por consiguiente, a las disputas que vienen derivadas de la propia tensión a la que nos exponemos cada día.

Nos convertimos en personas malhumoradas y, en algunos casos, actuamos con una malicia impropia de nuestra forma de ser. Tratamos de manera brusca a las personas más queridas por situaciones sin importancia, de las que posiblemente no sean responsables.

   Son tantas las cosas que nuestra mente tiene que afrontar y tan escaso el periodo de descanso, de práctica de ejercicio o de actividades de ocio, que el mundo vive en una situación de irritabilidad continua que provoca conflictos entre unos y otros, en ocasiones totalmente innecesarios.

   El insomnio nos trastorna y nos merma físicamente. Si no le damos descanso a nuestro cuerpo ni a nuestra mente, la salud se resiente y somos víctimas de molestias físicas así como de actitudes que sacan lo peor de nosotros a la hora de relacionarnos en el día a día.

   Es necesario ser conscientes de cuidar minuciosamente nuestra salud mediante el ejercicio físico y dejar descansar nuestros pensamientos evitando el sedentarismo y la ansiedad.

Tenemos que ser capaces de liberarnos del trabajo. Esto no significa dejar de ser eficaz en nuestras tareas laborales sino tener la capacidad de trabajar de una forma productiva en el tiempo necesario e imprescindible para ello. Trabajar sin darnos tiempo para nosotros mismos es agotador y es probable que nuestra eficacia se vea reducida.

   Cuando nuestra cabeza está ocupada constantemente en la misma tarea, esta se resiente y su rendimiento baja, al contrario que si descansa o varía la ocupación. Si caminásemos durante horas y horas sin descanso, un día tras otro, llegaría un momento en que las piernas estarían entumecidas y nuestro cuerpo no podría dar un paso más. Pues con el cerebro pasa lo mismo, no podemos dejar que esté trabajando todo el día sin descanso o llegará un momento en el que no rendirá y acabaremos consiguiendo lo contrario de lo que nos proponemos, ser eficaces en lo que estamos realizando. Tenemos que tener conocimiento de esto y cuidar nuestra cabeza para que funcione correctamente.

   Perdemos mucho tiempo preocupándonos  y le damos más importancia a nuestras tareas que a conocernos y cuidar nuestra salud física y mental. La competencia existente en el Mundo actual, hace que nuestra mente deba funcionar a pleno rendimiento y para conseguirlo necesita energía. Esta energía la tomamos de nuestro propio organismo y si se agota se resiente y no puede funcionar. Nos exigimos mucho para conseguir nuestro lugar en la sociedad y educamos a nuestros hijos para que sigan nuestro ejemplo. Les inculcamos que deben sacrificarse para conseguir algo en la vida pero no les hacemos saber que deben hacer lo posible por mantener su mente con vitalidad y, poder así, rendir plenamente sin tener que renunciar a realizar actividades que les agrade. De nada sirve convertirse en una persona relevante en la vida si es a costa de nuestra salud y bienestar.

   Debemos concienciarnos de lo fundamental que es nuestro equilibrio emocional, físico y mental para nuestra vida y para nuestro espíritu. Nada es más importante que nosotros mismos y no tiene ningún sentido sacrificarnos para conseguir algo que no disfrutaremos porque no estaremos en condiciones de hacerlo.

   Podemos conseguir lo que soñamos disfrutando del bello camino de nuestra vida. Solo tenemos que permitirnos vivir.

   J.M.G.G.