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miércoles, 10 de febrero de 2016

NO TE ENGAÑES.



      En general, las personas tratamos de eludir nuestras responsabilidades de varias maneras, buscamos excusas, culpables o justificaciones y nos escondemos detrás de ellas para salvaguardar nuestra integridad ante los demás y ante nosotros mismos.

   Lo más común es usar excusas buscando algo o alguien como responsable de nuestra actuación. Nos confesamos autores pero justificamos nuestra obra buscando un motivo fuera de nosotros. “He suspendido la asignatura porque el profesor no la explica bien”, “He llegado tarde porque había mucho tráfico”. Tratamos de esquivar la responsabilidad tomando el papel de víctima.

   Las excusas tienen una característica peligrosa y es que si acostumbramos a usarlas con frecuencia, puede llegar un punto en el que las tomemos como reales. Cuando usamos la excusa de que el maestro no explica bien la lección para justificar nuestra baja calificación, podemos acabar convencidos de que realmente es así y no seremos capaces de encontrar una solución al problema. Las bajas calificaciones siguen siendo la única realidad y la responsabilidad sigue siendo nuestra.

   Usar las excusas es una demostración de desconfianza hacia nosotros mismos. Las suelen usar personas con tendencia pesimista que ven la realidad de manera negativa y también los que temen que su imagen hacia los demás se vea deteriorada por un hecho del que es responsable.


   Cuando ponemos una excusa, es probable que alguien nos diga que nos entiende. Eludir la responsabilidad mediante las excusas es una actitud muy generalizada e incluso normalizada en la sociedad, por lo tanto no es extraño encontrar personas que hayan hecho como suya esa justificación y piense que realmente esa excusa es verdadera.

   Nos estamos engañando a nosotros mismos y no estamos siendo sinceros. Es posible que por el hecho de eludir nuestra responsabilidad estemos haciendo daño a terceras personas y responsabilizándolas de hechos o acciones de las que no tienen culpa alguna. Con nuestra actitud irresponsable podemos hacer un perjuicio a personas queridas.

   A veces el temor a las consecuencias nos paraliza e imaginamos que estas van a ser mayores que las que realmente pueden darse. Hemos de ser capaces de responsabilizarnos de nuestras decisiones, acciones u omisiones sin miedo. No hacerlo, además de no solucionar nada, puede empeorar la situación involucrando a otras personas. Nuestra credibilidad quedará en entredicho y nuestra consciencia perjudicada.

Resultat d'imatges de sin credibilidad

   Asumir responsabilidades es una señal de que somos libres de actuar y de decidir. Nos convertimos en personas consecuentes que son capaces de admitir sus defectos sin temor. Cuando aceptamos nuestros errores estamos actuando como personas íntegras y seguras de sí mismas que son capaces de buscar soluciones sin justificaciones que desvíen las consecuencias de sus acciones.
Nuestra imagen ante los demás se verá reforzada como alguien que no rechaza la responsabilidad de sus actos.

   No busquemos excusas para ser sinceros con nosotros mismos.

   J.M.G.G. 

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