Estamos acostumbrados a unos tipos de pensamientos basados en intentar esquivar la negatividad y sus consecuencias en nuestra forma de vivir. Sabemos que queremos ser felices pero aprender a serlo puede resultar difícil. Para ello lo principal es tener consciencia de quién eres, qué sientes y de que eres libre de escoger ser feliz. Tienes la total libertad de decidir tu comportamiento para conseguir el objetivo que todos buscamos de ser felices.
Tenemos la posibilidad de elegir cambiar un pensamiento negativo por uno positivo, nadie puede impedir que pienses lo que decidas. Podemos aprender a hablar con nosotros mismos en términos positivos, podemos escoger silbar o tararear una canción si queremos. Somos totalmente libres de elegir nuestro comportamiento ante las situaciones. Es algo muy simple pero tenemos que aprender a hacerlo y, sobre todo, debemos tener claro que solamente nosotros decidimos nuestra forma de pensar y de ser. Si decides ser feliz, lo más normal es tratar que tus comportamientos te conduzcan a ella y no esperar a que venga a ti.
Del mismo modo hemos de ser conscientes de que existen cosas y personas que que nos crean malestar y nos infunden negatividad. No sería lógico prescindir de todo aquello que creamos perjudicial para nosotros, y mucho menos sacar de nuestra vida a personas con las que, por alguna razón, tenemos que convivir. Debemos querernos a nosotros mismos y valorarnos de manera que nadie logre perturbar nuestra manera de sentirnos. Hemos de tratar de cambiar nuestro pensamiento y no dejar que nada ni nadie nos desestabilice. Nuestra cabeza tiene que estar a nuestro favor y conseguir que no nos molesten las acciones de otras personas para sentirnos cómodos en cada momento. Repito que solo nosotros tenemos la decisión para elegir que pensamos y lo que nos molesta o no.
Los Seres Humanos tenemos una herramienta sumamente útil y la llevamos con nosotros siempre: el cerebro, algo muy potente y que podemos usar de muchas formas fantásticas, tanto que puede que algunos no nos hagamos una idea. Debemos tener esto presente a la hora de afrontar las situaciones y usar esa herramienta casi mágica que llevamos protegida dentro del cráneo, para nuestro bienestar.
Tendemos a confiar a los demás la tarea de ser felices, solo tenemos que fijarnos en la publicidad cuando nos invaden con mensajes para adquirir productos que nos lleven a la felicidad. Sólo nosotros podemos hacernos felices y tenemos que aprender a hacerlo. Tenemos que saber que dentro de nosotros tenemos la clave de la felicidad, está en nuestra mente y somos libres de decidir cómo nos sentimos y cómo actuamos para lograrlo.
La elección es solo tuya, tu tienes la llave de tu felicidad y la herramienta la guardas en tu cabeza.
J.M.G.G.
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