LA FRAGILIDAD DE UN DICTADOR.

   Durante nuestra vida nos relacionamos con muchas personas y adquirimos, hacia ellas, diferentes grados de afectividad. Alguna de estas relaciones llegan al nivel más alto de afecto, que es el amor y acabamos formando una pareja en la que ponemos todo nuestro empeño para que dure para siempre.

   Por distintas razones, esas relaciones amorosas pueden terminar y cuando la ruptura es civilizada y con sentido común, cada uno sigue con su vida y la relación pasa a ser parte de la memoria y una experiencia más o menos bonita de la cual, como en toda vivencia, podemos haber aprendido y crecido como personas.



   Pero hay ocasiones en las que las personas que han compartido parte nuestra vida a nuestro lado, no aceptan la ruptura y piensan que seguimos siendo parte de sus vidas en el presente, no asumen que la relación se acabó y que ya no tenemos la obligación de contar con ellos para nuestras decisiones.
  Esto suele ser más habitual en los casos donde uno de los miembros de la pareja ha llevado el peso de la relación en cuanto a poder de decisión o por posee una personalidad más fuerte. Esa persona no encaja bien el hecho no tener poder sobre la vida de su, ahora, expareja y más aún cuando la ruptura no ha sido decisión suya. Se quedan anclados en el pasado y no aceptan que la otra persona ahora es libre para elegir cómo quiere vivir.



   Cuanto más largas son este tipo de relaciones, más difícil les resulta aceptar la nueva situación, aunque es lógico que, al principio, cueste asumir la nueva situación. Ponen todas las trabas posibles para que la separación no sea fácil y así hacen que la otra persona tenga que seguir supeditada a lo que ellos decidan, es una manera de que no puedan desligarse definitivamente y de seguir decidiendo en la relación, aunque esta ya no exista.

   Hay personas que llegan a usar las amenazas, a los hijos, el chantaje emocional o cualquier estrategia válida para seguir teniendo la última palabra. Yo lo comparo a las dictaduras en las que el villano dictador no asume el cambio de régimen y usa las peores artes para aferrarse al poder, a pesar de que la otra parte (los ciudadanos) han decidido que ya no quieren estar sometidos a él.



   La persona emocionalmente más débil tiene esa fragilidad como hándicap cuando toma la decisión de romper la relación. La dependencia durante tanto tiempo hace muy difícil que pueda desvincularse totalmente. Por lo general, dar el paso de la ruptura, ya les supone un desgaste emocional importante, pero tras eso les queda aún un largo camino donde las dificultades que pondrá la expareja, le seguirán mermando el ánimo.




   Las personas dominantes saben perfectamente donde deben atacar para debilitar la moral del más frágil y se aprovechan de eso para provocar el hundimiento moral. Si una persona no es consciente de que es libre para decidir, si no se desvincula emocionalmente de la otra persona, puede llegar a plantearse si hizo lo correcto a la hora de decidir el fin de la relación. De ahí la importancia de estar totalmente convencidos de que somos libres y de que no le debemos nada por decidir como queremos vivir nuestra vida.

   Recurrirán a los hijos, a la economía, actuarán como las víctimas de la ruptura alegando cualquier tipo de excusa ruín y, es debido a la incapacidad que tienen de no aceptar la situación y de seguir viviendo su vida en solitario.



   Mi opinión personal y mi reflexión sobre este asunto es que, paradójicamente, las personas más frágiles en realidad son las más capacitadas emocionalmente para aceptar el fin de una relación y, por el contrario, la persona que parecía la más fuerte, la que decidía, la más segura de si misma, resulta siendo la menos preparada para afrontar la situación, lo que ocurre es que ninguno de los dos son conscientes de ello y suelen creer que es justo lo contrario.

   En definitiva: A veces el más fuerte es el débil.

   J.M.G.G.

 

CONVENCETE PARA SALTAR.

   Hoy he recordado algo que me pasó estudiando en el instituto cuando tenía unos 14 años. En la clase de educación física debíamos saltar el potro, aquel aparato con patas de hierro y acolchado por encima. Me acuerdo de que me parecía gigante. Pasaban las clases preparando los saltos que tendríamos que hacer para aprobar el trimestre y el miedo no me dejaba ni comenzar a correr, poco a poco y con mucha paciencia por parte del profesor, me fue convenciendo y un día lo intenté y pude conseguir... darme un buen golpe contra ese maldito potro y descubrir la razón por la que acolchan la parte superior. Lo seguí intentando pero lo hacía sabiendo que era imposible, que nunca sería capaz de lograrlo. Veía como todos mis compañeros lo saltaban sin problemas, incluso se lo pasaban bien haciéndolo y eso me frustraba aún más, sentía envidia. El temor a hacerme daño y al ridículo me llevaban a pensar que tampoco era tan importante el poder saltar o no, pero en el fondo quería sentir lo mismo que mis compañeros.
   Llegó el día de la evaluación y debía saltar para aprobar. A los nervios habituales se le unieron los de la presión por el suspenso. Me quedé el último, como siempre. Al llegar mi turno se acercó el profesor y me dijo algo que todavía hoy tengo presente: "espera y convencete de que vas a hacerlo bien. Cuando empieces a correr solo debes pensar que vas a ser capaz de saltar, no pienses nada más y verás como lo consigues". Después lo dijo en alto para todos "lo principal para que salga bien es estar convencido de que vais a poder". Pues ahí fui yo y aún hoy no se cómo lo hice pero salté y, aunque me caí después y el salto fue un desastre, logré hacer lo que pensé que no iba a poder en la vida. Después de esa ocasión perdí el temor y seguí probando, cada vez me salía un poquito mejor.



   Esta anécdota puede parecer una tontería y de hecho lo es si lo comparamos con metas y sueños más importantes pero, a la vez, es tremendamente ilustrativa de lo que podemos conseguir simplemente si nos paramos a pensar que podemos hacer lo que nos propongamos, solo debemos esperar y convencernos de que podemos hacerlo.



   ¿Cuántas veces hemos deseado hacer algo y no nos hemos atrevido ni tan siquiera a intentar conseguirlo pensando que no seremos capaces? Sabemos lo que queremos y estamos convencidos de que si lo conseguimos nos sentiremos fenomenal pero, a la vez, creemos que es imposible conseguir ese objetivo, que somos incapaces de hacerlo.

   Nos sentimos limitados, lo vemos demasiado complicado para nosotros, nos da miedo lo que puedan pensar los demás, no estamos convencidos de que vale la pena intentarlo a pesar de saber que lo que nos espera es lo que soñamos. En definitiva: no creemos en nosotros.

 

   La desconfianza nos provoca inseguridad y en ocasiones nos induce a buscar excusas que justifiquen nuestra falta de motivación. Quitamos importancia a nuestra meta con la finalidad de auto-consolarnos. Es una manera inconsciente de engañarnos debido a la falta de fe en nosotros.

   Claro está que de la misma manera que conseguí hacer bien el salto, podría haber vuelto a terminar con mi cabeza en el aparato. De haber sucedido eso solo me hubieran quedado dos opciones: abandonar y suspender o volver a intentarlo una y otra vez haciendo todo lo posible por conseguirlo. Lo que está claro es que si no estamos convencidos de que somos capaces el objetivo será casi imposible de conseguir.



   Para acabar quiero decir que pienso que en colegio adquirimos muchísimos conocimientos imprescindibles para nuestro futuro pero, es increíble como a veces una simple frase se queda en nuestra mente y nos puede ayudar a conseguir nuestras metas a lo largo de la vida.

   Creer en nosotros es la clave.

   J.M.G.G.
 

UNA, DOS Y TRES: ¡AMOR!

   Habitualmente que insisto en la importancia de la sonrisa, en la de ser consciente de que la vida es preciosa y que vale la pena vivirla con todos los sentidos. Igualmente soy consciente de que no todo en la vida es maravilloso y que, por desgracia, en ocasiones la sonrisa no nos sale, el desánimo no nos permite ni tan siquiera intentarlo.

   

   Cuando estamos atravesando una mala etapa en nuestra vida es cuando necesitamos más amor y sin embargo, es cuando más nos cuesta pedir ayuda y, por consiguiente, demandar ese amor que necesitamos. Queremos que los demás no lo pasen mal, nos encerramos en nuestra tristeza y no somos conscientes de que, en realidad, lo que estamos haciendo es hacernos más daño y que las personas a las que les importamos se sientan impotentes en su afán de demostrar su amor hacia nosotros.

   

   Abrir nuestros corazones cuando peor lo estamos pasando, pedir ayuda si la necesitamos, aunque pueda parecer que no, es una muestra de generosidad por parte nuestra en ese momento tan duro, es demostrar que estamos dispuestos a abrir nuestro corazón, demostrando a los que queremos que confiamos en ellos dejando nuestra alma dispuesta para recibir todo el amor que nos están ofreciendo.

   No es fácil hacer esto y puede parecer que les estamos haciendo cargar con algo que no les corresponde a las personas que amamos, no lo consideramos justo. Yo considero que no es así, que es precisamente lo contrario por esa misma razón, porque no es fácil compartir nuestro dolor con personas tan importantes para nosotros. Es una inmensa prueba de amor y confianza mútua.

      

   Cuando sucede lo contrario, si un ser querido está atravesando un momento difícil, nuestro amor por esta persona debe ser incondicional, hemos de estar a su lado y hacerle sentir todo nuestro cariño ya que es lo que más está necesitando. 

   Si le hacemos saber que no importa lo mal que lo pueda estar pasando, que aunque no quiera ningún mal para nosotros no dejaremos que esté solo en esos momentos, que no lo forzaremos para que nos pida ayuda ni para que comparta su dolor con nosotros aunque, por el amor que le tenemos, necesitamos estar a su lado. Si hacemos esto se sentirá amada, arropada y querida a pesar de su dolor.

   Si la vida nos pone un obstáculo que no podemos superar y estamos rodeados de personas dispuestas a empujarnos para que lo logremos, seamos generosos con ellos, seamos agradecidos y demostremosles nuestro amor dejando que nos ayuden. El amor es eso, dar, recibir, aceptar y agradecer.

   Porque te amo, te ayudo. Porque me amas, deja que te ayude.

   J.M.G.G.

GRACIAS AHORA.

   La vida es un regalo que nos han hecho, cada momento de nuestra existencia es algo especial y no somos conscientes de ello. Las obligaciones que día a día nos mantienen tan ocupados que nos impiden darnos cuenta de lo valioso que es cada instante que pasa en nuestra vida.

   Os propongo que intentéis hacer un paréntesis de vez en cuando durante el día y que probéis algo tan simple como es observar lo que os rodea en ese momento, sin pensar en nada, solo observad ese instante, vivir ese momento que no se volverá a repetir nunca más, solo pensad que nada os puede impedir vivir ese momento.



   Vivimos por inercia. Cuando despertamos por las mañanas, inconscientemente, nos viene a la cabeza todo lo que tenemos que hacer durante el día: el trabajo, las compras, los niños, los problemas y dificultades que tenemos que afrontar durante el día. De manera que antes de poner el pie en el suelo ya estamos estresados, angustiados o desanimados.

   Como dije antes cada día es un regalo, por lo que os hago otra propuesta: haced el ejercicio anterior cuando despertéis, antes de pensar en nada más, antes de levantaros de la cama. Estar presentes en ese momento donde comienza el regalo que la vida nos da hoy. Pensad que el día que empieza está lleno de momentos irrepetibles, deciros a vosotros mismos que no vais a renunciar al regalo de vivir y lo más importante: dad gracias por poder vivir ese regalo.

      

   Muchos pensaréis que todo esto es muy bonito y fácil de decir. Es cierto que hay situaciones en las que hacer esto es tremendamente difícil, lo se. Es cierto que en la vida debemos hacernos cargo de circunstancias complicadas, pero del mismo modo también se que desde la conciencia del momento, desde el conocimiento de lo que vivimos en cada instante, desde el agradecimiento de poder vivirlo, se logra alcanzar la  fuerza para afrontar las adversidades de la mejor manera. Los problemas seguirán ahí igualmente, así que ¿Por qué no hacerles frente con las armas que nos da la conciencia?

   Vivir el momento en el que estamos es vivir conscientes de las complicaciones que tenemos, de manera que debemos vivir intensamente esa dificultad porque incluso ese momento difícil y emocionalmente complicado es irrepetible y no lo volveremos a vivir jamás. Ahora que estamos presentes en ese instante, ahora que lo estamos viviendo con todos nuestros sentidos, aprendemos de él, es un momento difícil y a la vez es hermoso, es único, es un instante de nuestra vida.



   Es obvio y entiendo que es prácticamente imposible estar presentes y conscientes durante las 24 horas de nuestro apreciado regalo pero, parar un momento y pensar que estamos viviendo es algo maravilloso que nos llena de energía, intentadlo. Tomaos un minuto de conciencia de la vida, solo un minuto de vez en cuando será suficiente para darse cuenta de lo hermoso que es vivir.



   Para terminar deciros que, para mi, la mejor manera de agradecer el precioso regalo de la vida es vivirla intensamente y disfrutar de ella lo máximo. La única forma de hacerlo es estar lo más consciente posible en cada momento que vivimos, sea bueno o malo no volveremos a vivirlo nunca más.

   Gracias por vivir.

   J.M.G.G.

 

 

SI ERES LIBRE SOY FELIZ. PORQUE TE AMO

   ¿Tenéis a alguien que os hace feliz? ¿Lo amáis con codo vuestro corazón? ¿Ponéis todo vuestro empeño en hacerlo feliz también? Seguro que vuestra respuesta es si pero, ¿qué pensáis si os pregunto por qué hacemos responsables a las personas que amamos de nuestra felicidad? ¿Por qué nos responsabilizamos de la felicidad de las personas a las que amamos?

   Los que tenemos que ser felices somos cada uno de nosotros y vivir intensamente los momentos que pasamos junto a las personas que nos transmiten felicidad pero en ningún caso deberíamos dejar esa responsabilidad a nadie. Cuando hacemos esto estamos imponiendo la obligación de que actúe de manera que nos sintamos felices cada vez que estemos juntos y cuando no lo hagan por la razón que sea ¿Qué pasará? Culparemos a esa persona por no conseguirlo.



   Cuando estoy con mi pareja y siento que me llena de felicidad en realidad lo que está pasando es que me siento feliz cuando estoy junto a esa persona por su manera de ser, por su comportamiento conmigo. Pero si siento verdadero amor por ella no puedo exigirle que se esfuerce en hacerme feliz. Como ya sabéis yo pienso que el amor es libertad y por lo tanto cuando siento amor hacia alguien lo que deseo es que sea ella misma y no puedo exigirle que actúe o que haga lo que a mi me hace feliz. Cuando hago esto no le doy la libertad que conlleva el amor.

   Al igual que no podemos exigir felicidad tampoco nos podemos exigir a nosotros mismos hacer feliz a otra persona por mucho que la amemos. Al tratar de hacerlo estaríamos actuando para lograrlo sesgando nuestra propia libertad  de ser nosotros mismos, que además, es por lo que nos aman: por ser como somos. Es imposible hacer feliz a alguien ya que es esa persona quien tiene que sentir la felicidad con nosotros y no responsabilizarnos de sus sentimientos.



   La felicidad es algo que cada uno de nosotros sentimos en nuestro interior y cometemos el error de de atribuir esa felicidad a otra persona. Esto pasa porque no somos conscientes de lo que estamos sintiendo. Sabemos que cuando estamos junto a alguien y nos sentimos bien, esa sensación nos provoca felicidad, pero no es ella la que nos hace felices, somos nosotros los que somos felices a su lado.

  Cuando somos conscientes de lo que sentimos, no hace falta que la otra persona se esfuerce en que estemos bien a su lado, simplemente tiene que ser como es, sin exigencias, con toda la libertad. Además, al ser conscientes de esa felicidad que nos provoca, podremos vivirla más intensamente y le estaremos amando de verdad ya que no esperamos nada, solo sentimos lo que nos transmite. Para mi eso es el amor: Sentir intensamente la felicidad que me transmite mi pareja, mis hijos, el carnicero o mi amigo.



   Viviendo de manera consciente la felicidad, seremos capaces de identificar con quienes nos sentimos felices en nuestra vida y con quienes no , de manera que seremos capaces de amar a todo el mundo. No es una contradicción, como he dicho el amor es libertad, por lo tanto desde el amor que siento hacia todas las personas, las libero para que sean como son sin exigencias de que me hagan feliz, no es necesario que actúen para conseguirlo.

   Por amor no quiero que nadie me haga feliz sino sentirme así a su lado.

   J.M.G.G.

 

PIEDRAS, CANTOS RODADOS Y ARENA.

       

   Cada día de nuestra vida está lleno de actividades, de problemas a resolver, de asuntos de que ocuparnos. Tenemos la imperiosa necesidad de querer hacerlo todo y no sabemos por donde empezar. mientras estamos ocupados en algo pensamos cómo haremos lo que nos queda, es decir, nos pre-ocupamos. Y eso si no se nos presenta un imprevisto, entonces nos atrapa la urgencia por darle solución lo antes posible y poder seguir nuestra apretada agenda de ocupaciones.

   Llega un momento en el que pensamos que no podremos con todo, que nos falta tiempo para realizar todo lo que debemos, lo que provoca no concentrarnos en cada asunto y hacerlo todo deprisa, por lo que llegan los errores, los olvidos, los fallos y el estrés.



   No somos capaces de pararnos un momento a pensar, a ser conscientes de cada problema o asunto que debemos resolver. A dar prioridades a nuestras ocupaciones. Podremos dar a cada cosa la importancia que tiene y por lo tanto nos ocuparemos antes de lo más importe y de una manera ordenada. Es decir: Priorizaremos.

   Al priorizar siempre seremos conscientes de la urgencia y la importancia de cada asunto y por lo tanto todo nos cabrá en la cabeza.



   El psiquiatra y escritor argentino Jorge Bucay explica esto de una manera muy ilustrativa en una de sus historias o cuentos;

   Un profesor de filosofía llegó un día a clase con una vasija de cristal del tamaño de una naranja grande más o menos. De debajo de la mesa sacó un recipiente con piedras de un tamaño medio y de formas irregulares.

   El profesor preguntó a los estudiantes cuantas piedras pensaban que cabrían en la vasija. Cuando todos dijeron una cantidad el profesor comenzó a depositar piedras, de una en una de la forma más ordenada posible. Al poner la número catorce, todos los que dijeron ese número aplaudieron.
   
   El profesor los felicitó pero se agachó y sacó otro recipiente con más piedras, aunque esta vez eran más pequeñas y de canto rodado. Las fué echando con cuidado en la vasija y las piedras fueron ocupando los huecos libres que quedaron entre las más grandes.

   Los alumnos ante esto se sorprendieron y felicitaron al profesor por la ingeniosa ocurrencia pero este volvió a sacar otro recipiente más, ahora con fina arena la cual derramó con cuidado dentro de la vasija llenándola hasta arriba.

   De esta manera el profesor demostró a sus alumnos la importancia de poner orden y priorizar.



   Nuestra cabeza es como la vasija de cristal del profesor de filosofía. las piedras grandes son los asuntos más importantes, de los que nos debemos ocupar primero, una vez colocados nos cabrán los siguientes, los cantos rodados y tras estos la arena que son los asuntos mas insignificantes pero los que nos llenan la cabeza hasta arriba.

   Es imprescindible seguir el orden de los asuntos, es decir, priorizar. si llenamos nuestra vasija de arena antes que el resto, no cabrán las piedras medianas y mucho menos las grandes que son las más importantes.

   Es fundamental ser consciente de la importancia real de cada asunto que tenemos que tratar en nuestra vida para poder priorizarlos.

   Para terminar os quiero contar la anécdota que cuenta el Propio Jorge Bucay sobre cuando realizó esta experiencia con estudiantes de una Universidad. Dice que cuando terminó y tenía la vasija llena de piedras y arena, un estudiante levantó la mano y preguntó si podía acercarse.
Llevaba un café de máquina en la mano y cuando llegó a la vasija, pidió permiso y derramó el café dentro de ella. Tras esto, Bucay le preguntó qué quería decir lo que había hecho y la respuesta fue de lo más original y a la vez de lo más sensata. El alumno dijo: "entre tantos asuntos y ocupaciones siempre queda espacio para un café".

                                                   

   Si priorizamos con orden cabrá todo en nuestra vasija.

   J.M.G.G.
 

FE EN LA TERCERA OPCIÓN

   Que difícil es a veces hacer las cosas bien, intentamos que nadie salga perjudicado en una situación complicada pero por más que uno piensa en la mejor opción siempre hay alguien que sale perdiendo. Uno quiere sentir que está haciendo lo correcto pero la inseguridad del cambio, pensar si está actuando como debe o si terceras personas se verán perjudicadas es algo que hace imposible que guardemos la calma.

   Solo deseas vivir feliz tu vida con los seres a los que amas y hacérsela lo más feliz posible a los que te rodean, pero en ocasiones nos llevan al punto de tener que tomar decisiones que no habías imaginado pero que son necesarias para defender lo que uno quiere, por lo que debe actuar drásticamente ante la obcecación de otros en la creencia de que sus pensamientos son los únicos válidos.

                       

   Cuando alguien toma una decisión concreta en su vida, esta no será aplaudida por todos y es algo aceptable, pero ¿hasta qué punto se deben pagar las consecuencias de esa decisión? ¿Por qué hay personas que les cuesta tanto mirar más allá de lo que piensan y entender que no tienen la verdad absoluta? ¿Es tan difícil asumir la libertad de otra persona?

   Hay quien se empeña en hacer difícil lo sencillo, la tozudez o el convencimiento sobre una idea les lleva, en ocasiones, a hacer mucho daño al que tienen al lado con el pretexto de que tienen razón, cuando lo que ocurre realmente es que no acepta que los demás tomen decisiones que no le son ventajosas, no aceptan que la vida y los sentimientos de las personas no tienen propiedad.

                                                      

   Yo me pregunto ¿Por qué? es algo que no puedo entender. Yo no me considero más tolerante ni más inteligente ni más nada que otra persona, pero por más que intento entenderlo no puedo saber por qué alguien no puede aceptar una realidad y actuar con lógica ante esta. Muchas veces los problemas, o mejor dicho, las soluciones son tan sencillas y lógicas que no puedo entender cómo no son capaces de verlas. Incluso te hacen dudar si eres tú el que está equivocado pero vuelves a la lógica y te das cuenta de que no, y en ese momento solo dejan dos opciones: abandonar y permitir que la intolerancia y la irracionalidad se salgan con la suya o luchar por lo que crees que es justo.



   Cuando a alguien le ponen entre la espada y la pared sólo puede rendirse o luchar, pero no hay más opciones. Si se decide luchar se ha de estar preparado para las heridas y más cuando se lucha contra alguien que no acepta encontrar la paz al conflicto sin pelear. Si se decide renunciar a la lucha las heridas están aseguradas, heridas a la dignidad, al respeto y al derecho a vivir.
   Todo podría ser tan fácil con respeto y comprensión, pero nos empeñamos en complicarlo todo y no logro entenderlo.

   Cuando las peleas son tan largas, el desánimo y el cansancio hacen mella y tras un golpe llega otro y otro y dan ganas de abandonar. Pero el orgullo, las personas que han luchado a tu lado solo porque te aman, que han llorado a tu lado y te han ayudado a seguir, no se merecen que esto acabe así. Por ellas, por mi mismo y por la razón que me mueve se que tengo que tomar la decisión de continuar.



   A pesar de todo quiero ser fiel a la esperanza de que a las opciones de rendición o lucha se le puede unir una TERCERA OPCIÓN: la opción de la cordura y el entendimiento, quiero pensar que existe la lógica en todo ser humano y pido por que así sea.

   La vida nos pone en encrucijadas donde tienes que elegir el camino a seguir, yo decidí mi rumbo y las personas con las que quería hacerlo. Con algunas fui yo mismo quien decidió que no me convenían en mi viaje, otras no quisieron continuar conmigo y aun hoy es doloroso pero acepté y espero que algún día sigamos juntos el sendero de nuevo, pero no voy a dejar que nadie niegue mi compañía a nadie por mera intolerancia y egoísmo y menos aún si ese alguien me ama tanto como yo a ella.



   Hoy mi reflexión es personal y necesitaba expresarme.
 
   No será fácil pero lucharé por ti.
 

   J.M.G.G.

   

   

 

MULTIMILLONARIOS DE HUMILDAD.

   Si pregunto qué significa para vosotros la palabra humildad alguno pensará que humildad es vivir de manera sencilla, con poco dinero, sin lujos. Tener un coche normalito, no vestir con ropa cara y comer en casa o en restaurantes de barrio sin gastar mucho. Para otros la gente humilde puede ser la que no tiene dinero para dejar de serlo, es decir, los pobres serían humildes porque no dispondrían de dinero. Si esto fuese así: ¿La persona que tiene suficiente dinero para vivir en una gran casa y tener un coche de de alta gama no sería humilde? ¿Que nombre le pondrian a estas personas?

   Hay muchos que confunden una cualidad humana como la humildad con tener más o menos recursos, dinero o lujos. Yo opino que estas personas no conocen bien el significado de ser una persona humilde.  Si la humildad estuviese unida al dinero: ¿Que deberían hacer las personas que disponen de un poder adquisitivo alto para ser humildes, renunciar a sus pertenencias? ¿Si nos toca la lotería, dejamos de ser humildes?



   Algunos dicen que viven en zonas, barrios o casas humildes y es como si se avergonzaran de ello cuando en realidad deberían estar orgullosos de que así sea. Lo que ocurre es que confunden la humildad con la riqueza. Hay casas humildes en los barrios más lujosos y casas llenas de arrogancia en aquellos que tienen menos lujos y es debido a que la humildad no se encuentra en la dirección donde se ubica el inmueble, sino en los corazones de los que habitan dentro y hacen que sea un hogar humilde, es decir, lleno de amor.



   La humildad, como he dicho antes, es una cualidad humana, para mi una virtud. Se puede ser humilde con mucho dinero y arrogante sin él, porque como la amabilidad, la honradez o la alegría, es algo que cada uno de nosotros lleva en su personalidad y no cambia dependiendo de la cantidad de dinero que tenga en el banco ni la marca del coche que conduce. La humildad no se busca en la cartera, se lleva en el corazón. Es cuestión de amar sin prejuicios.

   Los médicos que voluntariamente viajan para trabajar, en sus vacaciones o temporalmente, a países donde no tienen recursos sanitarios, gente que estaría dispuesta a ayudar en una catástrofe pero no pueden por no disponer de medios económicos, voluntarios que dedican su tiempo a los demás sin pedir nada a cambio o una dependienta que sonríe y trata bien a cualquier persona. Todos son ejemplos de humildad porque no se consideran más que nadie ni menos que ninguno.

 

   Para tener humildad, deberíamos comenzar por ser humildes con nosotros mismos y auto proteger nuestra dignidad como seres humanos. No se puede tratar por igual a los demás si no nos consideramos similares a todos. No deberiamos pensar de nosotros que somos superiores a nadie y mucho menos inferiores. La humildad es amor, amarnos a nosotros mismos es fundamental para amar a los demás por lo tanto ser humildes con nosotros mismos es necesario para ser humildes con el resto de las personas.

   Humildad. Una sola palabra que dentro de sí encierra infinidad de significados: comprensión; dignidad; igualdad; justicia; amor; respeto.

                    

   Las Personas más grandes se caracterizan por ser las más humildes y el mundo está lleno de ejemplos de esto: la Madre Teresa de Calcuta, Dalai Lama, Vicente Ferrer, Gandhi o El mismo Jesucristo son la más clara imagen de seres llenos de amor y humildad que han logrado, en mayor o menor medida, cambiar el mundo y ser recordados como grandes personajes de la historia.

   

  La mejor riqueza que podemos anhelar es la humildad, a partir de hay podremos ser grandes personas.

   J.M.G.G.

 

 

EN EL CIELO NO HAY LÁGRIMAS

 


   Sentimos que nos falta alguien en nuestras vidas, alguien que se fue para siempre. No nos dio tiempo a decirle tantas cosas... no pudimos darle todos los besos que nos hubiera gustado.

  Nos gustaría correr a su encuentro para abrazarlos, para contarles que nos hacen falta cada día de nuestra vida. Pero sabemos que no puede ser y nos invade la nostalgia y los recuerdos. Solo nos queda la esperanza de que nos esperan en algún sitio.

   Solo nos queda eso: su recuerdo y la certeza de que nos siguen queriendo, que lo más bonito que podemos hacer por ellos es seguir nuestro camino con toda nuestras fuerzas, que vamos a luchar por conseguir lo que tan felices les hacia que es ver nuestros sueños hechos realidad. Vamos a demostrarles que los amamos tanto que no nos vamos a rendir para que el día que nos reunamos con ellos de nuevo puedan decirnos que lo logramos, que los hicimos felices.
 
   Recordémoslos con amor, echémosles de menos y luchemos por hacerles feliz, ellos se sentirán orgullosos de lo que estamos haciendo. Vivir es el mejor homenaje que le podemos dar a los que nos quieren y se fueron.

   Como dice Eric Clapton nuestro sitio no está en el cielo pero cuando lleguemos al final de nuestro camino allí estará esa persona y le podremos decir todo lo que nos quedó por decir, le podremos dar todos esos besos que nos quedaron por darle y los abrazos que tanta falta nos hacen aquí. Allí estarán para tendernos la mano, nos llamarán por nuestro nombre, para seguir amándonos como lo han hecho, porque en el cielo no hay lágrimas, en el cielo sonríen por vernos sonreír.

   La nona quiere veros felices, llegó al final de su viaje hace un año muy dignamente y está esperando feliz y orgullosa que esas niñas que crió con todo su amor hoy vivan su vida con la alegría que ella anhelaba para sus nietas.

   Querida Leyda, amada Adriana: Seguid el camino con felicidad, la vida es maravillosa. Esta preciosa canción de Eric Clapton es para vosotras con todo mi cariño. Os quiero.

    J.M.G.G.
 
 
 
 

 

 

HOY ESTOY FELIZ

   Hoy quiero deciros que vale la pena luchar en la vida por lo que amamos. Da igual lo que cueste y lo difícil que sea. Debemos pelear por lo que queremos desde el respeto a los demás pero exigiendo el mismo respeto que damos.

   Hoy soy feliz porque he mirado dentro de mi y me he dado cuenta de que tengo miedo y lo reconozco ante todos, tengo miedo a la soledad y soy feliz porque soy consciente de que me da miedo. Soy feliz porque se que no voy a dejar de tener a alguien a mi lado.

   Hoy me he dado cuenta de que amo a muchas personas. A alguna la veo cada día a otras menos y a otras aun ni las he visto pero a todas las amo con toda mi alma. Las amo incondicionalmente y las amaré siempre. Alguno no corresponderá mi amor pero mis sentimientos no son selectivos y no entienden de correspondencia. Cuando amo lo hago sin esperar nada. perdono a las personas que amo y si aun así no quieren saber nada de mi las amaré desde la distancia pero no dejaré de sentir amor por ellas.

   

   Es increíble como solo haciendo un ejercicio tan sencillo como estar presente y mirar dentro de nuestro corazón podemos llegar a identificar nuestros temores, analizarlos y descubrir que podemos con ellos, solo hace falta estar consciente de lo que sentimos y todo lo que somos en la vida.

   Soy Padre, soy pareja, soy hijo, soy hermano, soy tio, soy amigo, soy cuñado, soy todo y lo más importante soy yo. Yo nunca me dejaré, siempre estaré consciente de que me tengo a mi mismo y de que nunca me voy a dejar estar solo por la sencilla razón de que me amo y no me dejaré pasar miedo.

   Siempre voy a estar al lado de las personas a las que amo y por eso hoy, mirando dentro de mi, he descubierto que tengo tanto miedo a la soledad que no voy a permitir que esa persona a la que amo tanto y que soy yo mismo, pase miedo nunca. ¿Cómo lo voy a conseguir? con amor. Amando nunca estaré solo.




   Hoy estoy feliz porque me he vuelto a enamorar de mi pareja, de mis hijos y de la vida, hoy estoy feliz porque se que la vida me devolverá el amor y siempre me acompañará, nunca me dejará, seré yo  quien la deje a ella y la dejaré con todo mi amor por ella.

   Hoy estoy feliz porque vivo,
   Hoy estoy feliz porque amo.
   Hoy estoy feliz porque nunca estaré solo.

   J.M.G.G.