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lunes, 5 de octubre de 2015

CON FIDELIDAD, CON FE, CONFÍA.



   Cristóbal, mi compañero de trabajo, me comentó que podría escribir sobre la confianza. Ante todo quiero decir que lo que pretendo cuando escribo es reflexionar sobre un tema dando mi punto de vista. Cada uno tiene su opinión y yo no soy ningún gurú de las emociones ni de los asuntos de la mente humana, es más, no me dedico a nada de esto, solo intento dar a conocer mis pensamientos desde la humildad más absoluta y sincera para que cada uno decida como vivir mejor su propia vida.

   Pues bien, para mí la confianza es un tema muy abstracto y complejo. Personalmente pienso que se trata de una actitud que demuestra amor incondicional y en el amor no caben exigencias ya que de ser así no sería amor.

   La confianza no se puede exigir como, igualmente, no se puede exigir el amor. La confianza se demuestra, es un acto de entrega hacia otra persona pero no podemos esperar la confianza de nadie hacia nosotros como una obligación. Se trata de un sentimiento que ha de nacer de nuestro interior, de nuestro corazón.

   

   Confiar es creer en otra persona, es un acto de fe, por eso creo que cuando damos la confianza a alguien no podemos marcar pautas, no debemos esperar un resultado acorde con lo que deseamos. La confianza es la plena seguridad de que la otra persona te ama y al amor no se le piden resultados. La fe es aceptación, el amor es aceptación, la confianza debe ser aceptación igualmente porque si no sería otra cosa pero no confianza.

   Hay veces que nuestra confianza no se ve recompensada, si nos fallan, esa fe que teníamos en alguien no es correspondida y dejamos de creer, podemos llegar a sentir frustración porque esperábamos algo y no ha sido así. Pero tenemos que tener claro que cuando damos la confianza a alguien, esta persona ha de saber que se la estamos ofreciendo para que tenga la oportunidad de aceptarla o no. Si depositamos nuestra confianza en alguien y ese alguien no lo sabe ¿Cómo podemos exigir ser correspondidos? La frustración existiría por no recibir lo que esperábamos pero no cabría la responsabilidad de la otra persona por ser desconocedora de la confianza que le hemos entregado.

Resultat d'imatges de aceptar 

   Igualmente cuando aceptamos la confianza de alguien hacia nosotros, estamos aceptando la responsabilidad de hacer todo lo posible para mantenerla. Al aceptar la confianza depositada en nosotros también hay que hacerlo sin condiciones, sin pedir nada a cambio, porque pienso que la confianza no es ninguna moneda de cambio, exactamente igual que el amor.

   

   Hablando del tema con mi compañero, me dice que para el la desconfianza es un miedo. Puede ser que el no confiar en alguien sea por temor a que te fallen, así que en cierta manera puede que tenga razón porque, como he dicho, para mi la confianza es un acto de amor y muchas personas tienen miedo a amar, al rechazo, al dolor que produce un desamor, pero incluso las personas que tienen miedo a amar sienten amor, lo que pasa es que no son conscientes de que están amando. El amor no es solo de pareja, se puede amar a la familia, a los amigos o a la mascota, todo en la vida es amor al fin y al cabo. Con la confianza pasa lo mismo. Sentimos desconfianza hacia alguien pero eso no quiere decir que dejemos de confiar en todo el mundo. Inconscientemente todos ofrecemos nuestra confianza cada día a alguien: nuestro compañero de trabajo cuando pedimos que nos ayude, al carnicero que nos vende un bistec, el médico que nos visita en urgencias, etc. Son actos de confianza que realizamos y no somos conscientes de ello. Sin la confianza no podríamos vivir igual que no podríamos vivir sin amor.

     


    Cuando alguien acepta nuestra confianza no podemos pretender dejar toda la responsabilidad en manos de la otra persona, no debemos abusar de nuestra confianza si es que queremos que esa persona siga aceptándola. Si exigimos ser correspondidos, si delegamos siempre en la otra persona, el acto de amor se convierte en obligación y el amor es todo lo contrario, es generosidad mutua y nunca debe ser exigencia ni obligación.

   Car confianza es generosidad, es un regalo que alguien da y, como tal,  quien la recibe debe sentirse alagado pero a la vez es libre de aceptar ese regalo o no. de la misma forma, si al contrario, alguien acepta nuestra confianza, deberíamos considerarlo como un acto de generosidad.

   Para acabar, como en el caso del amor, para dar y recibir confianza es fundamental tener confianza en nosotros mismos. Si no hay confianza propia la inseguridad invadirá nuestra mente, en nuestra vida diaria serán frecuentes las dudas y la falta de autoestima, no tendremos fe en nosotros mismos, es decir, nos faltará lo más importante: el AMOR PROPIO.
  Resultat d'imatges de fe en mi mismo
 

   M.M.G.G.

 

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