Cuando vivimos una situación injusta es cuando más necesitamos mantener la calma y no dejarnos llevar por emociones que nos hagan actuar de una manera que nos pueda perjudicar.
Muchas veces se
hace difícil tener paciencia ante determinadas situaciones que consideramos
injustas. Nos enteramos de algo que nos afecta y nuestra mente nos impulsa a
actuar de una determinada forma, pero sabemos que eso empeoraría la situación.
Cuando se actúa en caliente, las consecuencias pueden ser negativas tanto para
la persona que nos ha llevado a esta situación como para nosotros mismos.
Por desgracia hay muchas personas que se creen
imprescindibles y saben venderse muy bien ante el resto. Hacer esto es
totalmente lícito siempre y cuando no se perjudique a un tercero para conseguir
sentirse importantes. No saben utilizar sus propias virtudes para ganarse el
respeto y por esta razón necesitan desprestigiar a los demás para conseguirlo.
Ser víctima de
este tipo de personas pone a prueba nuestro equilibrio emocional, nuestro
instinto nos indica que debemos defendernos, de hecho, lo más normal es
reaccionar así, pero si algo nos diferencia a los humanos del resto de los
animales, es que somos capaces de pensar y no dejarnos llevar por nuestro
instinto.
Es muy importante
saber quienes somos y ser conscientes de como hacemos las cosas. Si estamos
convencidos de que nuestros actos son correctos, aceptamos los errores cuando
los cometemos y nos comportamos de una forma auténtica, las mentiras o las
injusticias que lancen hacia nosotros, no lograrán afectarnos.
No es fácil
mantener la calma ante las injurias o las mentiras que arrojan sobre nosotros,
nos hacen daño y nos sentimos decepcionados e impotentes. Pero es necesario
mantener la serenidad y no caer en el mismo juego, ya que esto conlleva
conflicto y malestar que empeoraría la situación. ¿Que necesidad tienes de
justificarte por ser tu mismo? No es necesario.
Ser consciente de
ti, de tus actos y ser como eres es la mejor defensa ante estas maniobras de
desprestigio totalmente injustas. La coherencia en tus acciones pesan más que
cualquier mentira. Alguien que quiere ser imprescindible en la vida tiene que
actuar acorde a sus pretensiones y ha de ganarse esa importancia que pretende,
debe demostrar que realmente es como se está vendiendo. Sin embargo, alguien
auténtico no tiene la necesidad de justificar sus actos, ya que caen por su
propio peso y siempre estará tranquilo sin tener que magnificar cualquier cosa
que haga para que el resto piense que es alguien indispensable.
Necesitamos
querernos y estar convencidos de que somos válidos en lo que hacemos. Actuar
siempre de una manera auténtica, asumiendo los errores y siendo humilde en los
aciertos. Esto nos convierte en personas íntegras y con valores hacia nosotros
mismos de modo que nada ni nadie conseguirá alterar nuestra autoestima.
Se tu mismo, sé
imprescindible en tu vida, pero solo para ti. Se auténtico y no te hará falta
nada más.
J.M.G.G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario