DOS

   Cuando conocemos a alguien especial y decidimos iniciar una relación de pareja, nuestra esperanza es que esta sea feliz y duradera. Conseguir algo así nos aporta muchos beneficios tanto de salud como emocionales. Por esta razón es muy importante cuidarla pero, ¿cómo lo hacemos? Casi todos nos dejamos llevar por la inercia de la relación e intentamos mantenerla como mejor sabemos pero en muchas ocasiones esto no es suficiente y la relación se convierte en algo rutinario que mantenemos sin ilusión.

   A las personas nos cuesta mantener las relaciones en buen estado porque las emociones y los sentimientos son frágiles en el tiempo provocando que, en ocasiones, la estructura de la relación se debilite y, con ella la pareja.
   Para que esto no suceda se necesita un mantenimiento constante del estado emocional de la relación.

   Al principio de una relación, los sentimientos son fuertes y la estructura emocional aguanta porque está recién formada. Conocer a la pareja, descubrir cada día un aspecto nuevo en ella, es lo que hace que , al principio, los sentimientos sean robustos. Sorprendernos con la otra persona nos da fuerzas, nos ilusiona y eso nos agrada. Es por esto que, al comienzo de una relación estamos encantados y deseamos pasar todo el tiempo con la otra persona, descubrir algo nuevo en ella que nos llene de ilusión.

   A medida que pasa el tiempo, las novedades van siendo menos habituales, conocemos más a la otra persona y el poder de sorpresa desaparece. Ya conocemos casi todo el uno del otro y la relación va tomando un cariz de rutina que hace que la ilusión inicial vaya menguando.
   Debido a lo anterior, es de suma importancia el factor sorpresa para mantener una relación emocionalmente fuerte. Al ir desapareciendo las novedades del comienzo, es nuestra misión crearlas para mantener viva la ilusión de descubrir cosas nuevas. No hablo de grandes sorpresas sino de detalles agradables que se salgan de la rutina y que nos permitan sentir lo agradable de vivir con esa persona cada día. Una flor, un desayuno especial o una foto de algún momento juntos, por ejemplo. Una pareja estable necesita salir de la rutina de vez en cuando.

   Todos pensamos que para mantener una relación duradera, es necesario saber afrontar juntos los problemas y los malos momentos. En verdad es así, pero es más importante aún tener la capacidad de celebrar los éxitos y los momentos buenos de cualquiera de los miembros de la pareja y convertirnos en el mayor admirador de la otra persona.

   No es lo mismo apoyar a nuestra pareja en un problema y, así, evitar el deterioro de la relación por causa del mismo, que celebrar un éxito y unirte a la alegría del otro. Con lo segundo no evitamos nada, hacemos más fuerte el vínculo con nuestra pareja y conseguimos que la relación se consolide, se logra una unión muy fuerte entre los dos.

   Mantener y avanzar es el secreto de las relaciones duraderas. Un mantenimiento basado en los detalles y la sorpresa que consiga reforzar la ilusión y la novedad en la otra persona.
   Conseguir la evolución de la relación siendo admiradores mutuos, celebrando cualquier éxito, por pequeño que sea. Estar juntos en los buenos momentos para reforzar la unidad cuando venga uno malo. Felicitar y celebrar hace que la relación avance.

   Son aspectos sencillos que, si realmente existe amor, no cuestan nada realizarlos y consiguen que nuestras relaciones de pareja sean lo que esperábamos cuando decidimos formarlas.

   J.M.G.G.