Que importante es poder expresarse verbalmente y comunicarse con el resto de personas que nos rodea. Personalmente pienso que es un don saber hacerlo y transmitir mediante la palabra. No sé si será por mi falta de pericia en este sentido, pero considero que saber expresar lo que uno piensa de una manera fluida es difícil. A pesar de esta dificultad, creo que es más complicado escuchar al que intenta decirnos algo.
Hablar, expresarse verbalmente o comunicar lo que se piensa es algo inútil si no hay alguien que escuche lo que se dice y que además tenga la capacidad de entenderlo y sentirlo. Dos personas no podrán entenderse nunca si no son capaces de escucharse mutuamente. Se convertirían en dos seres que hablan y hablan pero que ninguno sabe lo que está diciendo el otro.
Y es que escuchar no es solo captar los sonidos que salen de la boca de otro. Escuchar es atender y entender lo que quieren decirnos, saber estar a disposición de lo que necesita la persona que nos habla, lograr comprender lo que está sintiendo y tener la capacidad de ponerse en su lugar para compartir las emociones y, así, vivir ese momento con ella. Hacer esto no es nada sencillo y requiere grandes dosis de empatía, consciencia y amor, características que no todo el mundo logra tener.
Cuando alguien nos dice algo acerca de cualquier asunto, no solo nos está contando una historia, nos está dando su confianza, está manteniendo un momento de intimidad con nosotros, está compartiendo un momento de su vida y lo está haciendo con nosotros. Es algo muy valioso y no le damos la importancia que tiene. Es por esto que deberíamos agradecer todo lo anterior simplemente dando lo que esperan de nosotros: que escuchemos.
A muchas personas les cuesta escuchar, no saben hacerlo. Oímos lo que nos dicen, sabemos lo que quieren decir y damos nuestra opinión o respondemos algo para no ser mal educados y quedar bien. Pero no somos capaces de intentar sentir la alegría, la tristeza, el dolor, la angustia o la felicidad del que nos está hablando.
Para saber escuchar debemos aprender a escucharnos a nosotros mismos primero, a atender y entender lo que pensamos, a saber lo que sentimos y vivir ese momento con nosotros mismos. Hasta que no sepamos hacer esto no seremos capaces de hacerlo con los demás.
Como dije antes, creo que escuchar es una demostración de amor hacia el que nos quiere decir algo. Nosotros mismos nos estamos diciendo cosas constantemente y no nos ponemos atención, solo pensamos, sin ser conscientes de todo lo que nuestra mente nos está contando acerca de nosotros.
Abrir nuestro corazón a los demás es algo hermoso, lleno de generosidad y amor.
Valoro mucho a las personas que son capaces de expresar lo que sienten, siento admiración por ellas y cuando lo hacen conmigo tengo la necesidad de agradecerles la confianza que depositan en mi. Entonces pienso cual es la mejor manera de hacerlo y llego a la conclusión de que escucharles y tratar de sentir lo que me cuentan, es la mejor manera de darles gracias.
Aprendamos a escucharnos y escucharemos a los demás, compartamos los sentimientos y seamos generosos con nosotros y con los que nos dan el regalo de su confianza.
J.M.G.G.
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