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miércoles, 30 de septiembre de 2015
¡AY AY AY AY! CANTA Y NO LLORES.
¿Por qué siempre tengo que cocinar yo? ¡El vecino siempre hace ruido! ¡Estos políticos que tenemos cobran demasiado para lo que hacen! Quejas, quejas y quejas.
parece que no podemos vivir sin quejarnos. En el trabajo, en el supermercado, en casa, hasta en la propia familia siempre encontramos un motivo para estar molestos. Yo pienso: ¿ Para qué? No encuentro la necesidad de vivir enojados, ¿Que nos aporta esa actitud?
Cuando nos quejamos estamos llenando nuestra mente de emociones negativas, estamos poniendo una barrera ante nuestra propia realidad. Vivir quejándonos es vivir enfadados con el mundo, con la vida en general, en definitiva: nos hace infelices.
Os pongo un ejemplo ilustrativo de una situación que a mi siempre me ha llamado la atención: seguro que habéis visto algún partido de fútbol donde a un jugador, tras hacer una falta fuerte, el árbitro le ha sacado la tarjeta roja. Todo su equipo se va a por el colegiado para quejarse, se vuelven locos con él, se enfadan. Yo aun no he visto una situación así donde el árbitro de marcha atrás y decida readmitir al jugador expulsado. ¿De que sirven tantas quejas? El partido continua pero el rendimiento del equipo baja como es lógico al tener un jugador menos pero también por la tensión y las emociones negativas que se apoderan del resto de jugadores.
Con todo esto no quiero decir que tengamos que vivir indiferentes a todo, por supuesto que las cosas pueden molestarnos. Lo que quiero decir es que, a mi entender, lo más adecuado sería dejar de quejarnos y buscar solución a lo que nos molesta, si es que la tiene y está en nuestra mano, y si no tiene solución: ¿Qué sentido tiene quejarse?
Confundimos la queja con la reclamación cuando son cosas distintas. Cuando reclamamos estamos exigiendo algún derecho, en realidad estamos buscando una solución a algo que pensamos que no es adecuado o justo. Os pongo otro ejemplo: Llegamos a un hotel y nos dan una habitación en la que hay un cuadro que no nos gusta. Podemos quejarnos de lo feo que es ese cuadro pero perdemos el tiempo quejándonos de lo horrible que es en lugar de solucionar el asunto tranquilamente descolgando el cuadro. (tiene solución----no vale la pena quejarse).
En el mismo hotel, la misma habitación pero en esta ocasión el color de las paredes es espantoso, no nos gusta, nos quejamos de lo horrible que es ese color pero...obviamente no nos van a pintar la habitación a nuestro gusto por mucho que nos quejemos el color es el que es.( la solución no está en nuestra mano, no hay-------no vale la pena quejarse)
Mismo hotel, la misma habitación pero nosotros reservamos una cama de matrimonio y nos dan dos camas individuales. Bajamos a la recepción y reclamamos, intentamos solucionar el problema. Si se puede nos cambiarán la habitación (solucionamos la cuestión------no vale la pena quejarse), nos dicen que lo sienten pero que no tienen más habitaciones que en compensación nos incluyen el desayuno (no hay solución------no vale la pena quejarse y encima desayunamos gratis).
Mi pensamiento es que quejándonos estamos perdiendo mucho tiempo en nuestra vida. busquemos soluciones, reclamemos justicia pero seamos lógicos.
Quejarse es estar más pendiente de los demás que de uno mismo, refleja inseguridad en uno mismo, falta de consciencia, miedo, envidia. Quejarse es buscar escusas para evadir nuestras carencias.
Intentemos ser constructivos en nuestra actitud, vivamos plenamente nuestra vida sin quejarnos.
La solución es: que no vale la pena perder el tiempo sino vivirlo.
J.M.G.G.
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